La xenofobia o rechazo y aversión al extranjero, la homofobia al homosexual, la discafobia a los discapacitados, el racismo y mas, escon den un común denominador: el rechazo al pobre genera discriminación y maltrato a estas personas, la autora Adela Cortina creó la palabra aporofobia para visibilizar la verdadera causa de estas repulsiones.
Si, en la gran mayoría de los casos, un extranjero, negro, indio, homosexual, discapacitado, viene a nuestra comunidad con suficiente dinero para comprar y/o compartir su riqueza, automáticamente es bien recibido, “bien visto” y protegido, desaparecen todas las aberraciones y justificaciones morales y/o conductuales que otrora sostenían fobias y aversiones.
Mientras latinos, africanos u orientales con una buena cuenta bancaria ingresan con visa a cualquier país rico y acceden por lujosos aeropuertos, sus coterráneos pobres se agolpan en las fronteras escurriéndose de la ley y explotados por mafias para ofrecer su mano de obra barata; el color de piel, idioma, creencias y afinidad sexual son pretextos que desaparecen con el poder adquisitivo.
Dice la autora, nuestro cerebro ha evolucionado para buscar a personas “como nosotros”, que compartan idioma, costumbres, ideas y creencias; todo ello hasta cierto punto en que actuamos como “animales reciprocadores”, es decir dispuestos a “dar con tal de recibir”, es la base del contrato, la ley y el Estado, que protege mis derechos para cumplir con mis deberes, es la sociedad del intercambio, el contrato y el pacto. Pero, ¿qué pasa con quienes no tienen nada que ofrecer a cambio?, he ahí la aporofobia.
Algo parecido ocurre con los poseedores de dinero “mal habido” sean políticos de izquierda o derecha, de arriba o abajo, del narcotráfico o el crimen; todos ellos una vez incorporados a la comunidad son respetados y pueden encaramarse en el poder político, desde donde exigirán respeto a sus derechos junto a sus esbirros y todos quienes les rodean, compran desde la justicia hasta el cargo que más les convenga, todo producto de la reiksfilia: palabra proveniente del gótico reiks “poderoso” y filia apego, apego a la riqueza y al poder por la trampa y el engaño, tema que será abordado en una próxima entrega.
Es menester incorporar estos temas en escuelas y colegios, universidades y posgrados, con el fin de comprender e integrar al diario vivir conceptos, normas y conductas que nos permitan generar un cambio, pues nadie se compromete con aquello que no comprende y no siente.
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