Una devastadora explosión en el Complejo Gasífero Muscar, ubicado en Punta de Mata, estado Monagas, ha dejado un saldo de cinco heridos, agravando la ya crítica crisis eléctrica en el oriente de Venezuela.
Las islas de Margarita y Coche, así como Monagas, enfrentan apagones de hasta 20 horas, afectando severamente la economía, la educación y la vida diaria de sus habitantes.
El accidente, atribuido por el gobierno de Nicolás Maduro a un presunto “ataque terrorista”, también paralizó la producción de gas en la región oriental, provocando una caída estimada de 200.000 barriles diarios en la producción nacional de petróleo.
Según el economista petrolero Rafael Quirós, esta interrupción representa una reducción del 78 % en la generación de gas en el área, impactando gravemente a las industrias petroquímicas y siderúrgicas del país.
Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, denunció un supuesto sabotaje en la explosión, señalando a la opositora María Corina Machado y al empresario estadounidense Erik Prince como responsables.
Además, afirmó que 11 personas han sido detenidas y que un extranjero implicado huyó del país.
Fuentes internas aseguran que la explosión ocurrió durante labores de limpieza de una tubería afectada por sedimentos. La fuerza del estallido dañó dos turbinas gigantes y dejó al sistema de distribución de gas en condiciones críticas.
La falta de mantenimiento y los problemas estructurales de PDVSA han convertido este tipo de accidentes en algo recurrente.
Mientras el gobierno intenta reparar los daños con urgencia, las consecuencias del evento amenazan con prolongar los apagones y comprometer aún más los ingresos fiscales del país.
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