Los políticos han renunciado a gobernar

Nov 23, 2024

Por Lolo Echeverría

Desde hace tiempo se viene repitiendo que Ecuador es un país ingobernable, que los ecuatorianos somos conflictivos. Sin embargo, los ecuatorianos que viven en el exterior son calificados como gente pacífica, trabajadora, responsable y disciplinada. Los culpables no son los gobernados, sino los políticos que nos gobiernan; más bien, que han dejado de gobernar.

Estamos sufriendo una etapa de miedo y sobresalto, no sabemos qué puede pasarnos en el futuro inmediato, no tenemos energía eléctrica, no tenemos seguridad, no sabemos si conservaremos el empleo. Lo que creíamos seguro se esfuma. Cuando el miedo se generaliza, los electores buscan un hombre fuerte, alguien que se muestre seguro y prometa milagros.

Los favoritos son dos autoritarismos: Correísmo  y Noboísmo. La política ya no persigue el bien común, persigue intereses, cobra venganzas, atropella la Constitución y las leyes, inutiliza al parlamento y pastorea la justicia.

Nada de eso es gobierno, es un juego de simulaciones que Zygmunt Bauman resume así: “Los políticos fingen gobernar, mientras que quienes ostentan el poder económico fingen ser gobernados. Para mantener las formas, la gente se acerca a regañadientes a los colegios electorales cada pocos años, simulando ser ciudadanos”.

El pleito de Telconet, tal vez, está demostrando que los poderosos del país han decidido prescindir de los políticos y dejar de simular que son gobernados. En el Consejo Nacional Electoral están imponiendo, al margen de toda ley y toda lógica democrática, a unos vocales perennizados mediante vallas y policías. Quien les da seguridad les dará luego instrucciones.

Los electores somos arrinconados a decidir entre dos bandos con claras tendencias autoritarias. Para una parte de los electores el peor temor es volver al pasado de autoritarismo y corrupción y para otra parte la peor opción es entregar el futuro a otro autoritarismo. Desde que perdimos a los partidos, perdimos a los políticos y a la Política.



1 Comentario

  1. Si bien coincido con usted en mucho de lo que expresa, creo que no solo es un asunto de partidos políticos en el pais. Es más grave; es una pérdida de referentes que nos ayudaban a encontrar sentido en la incertidumbre, como bien señala Bauman; y es una crisis del pensamiento, según Morin.



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