El gobierno de Daniel Noboa enfrenta un complejo panorama para cumplir su promesa de terminar con los apagones en diciembre de 2024. A pesar de los esfuerzos realizados, las dificultades técnicas y climáticas, sumadas a retrasos en nuevos proyectos de generación eléctrica, complican la situación.
La hidroeléctrica Mazar, pieza clave del sistema eléctrico nacional, está al borde de su capacidad mínima, con un nivel de embalse de apenas 91 centímetros por encima del límite crítico de 2.110 metros sobre el nivel del mar. La central ha tenido que operar durante horas pico, lo que dificulta la recuperación de sus reservas. Esto pone en riesgo el funcionamiento del Complejo Hidroeléctrico Paute, que incluye las centrales Paute-Molino y Sopladora, indispensables para la estabilidad energética del país.
- Amaluza (Paute-Molino): Su embalse se encuentra a 1.981,8 metros, a poco más de 6 metros del límite crítico de 1.975.
- Sopladora: El embalse registra 1.315,78 metros, a solo 3,78 metros de su nivel mínimo de operación.
Estas cifras reflejan la fragilidad del sistema eléctrico, donde cualquier desequilibrio podría generar cortes más prolongados y severos.
Generación termoeléctrica retrasada
De los ocho contratos firmados por la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) para la generación térmica, solo uno está operativo: una barcaza turca que aporta 100 megavatios. Los demás proyectos enfrentan retrasos y no comenzarían a operar plenamente hasta 2025.
Dos contratos adjudicados a la empresa estadounidense Progen Industries LLC presentan problemas para la instalación de motores. Esto ha llevado a la empresa a solicitar una extensión de 50 días, lo que pospone la entrada en funcionamiento de los proyectos en Quevedo y El Salitral hasta el 25 de diciembre de 2024 y el 19 de enero de 2025, respectivamente.
Depender de Colombia y el clima
El gobierno también apuesta por la importación de energía desde Colombia, que actualmente aporta 440 megavatios diarios al sistema ecuatoriano. A esto se suma la expectativa de lluvias en las zonas de las hidroeléctricas, lo que podría aliviar la presión sobre los embalses.
La incertidumbre persiste
Con cortes de luz diarios de hasta ocho horas y una recuperación lenta de los embalses, los desafíos para estabilizar el sistema eléctrico parecen superar los plazos prometidos. Expertos advierten que el constante uso de las hidroeléctricas sin una recuperación adecuada podría dañar las turbinas, agravando aún más la crisis.
La falta de planificación y los retrasos en la implementación de nuevas fuentes de generación mantienen en vilo al país, mientras los ciudadanos esperan que las promesas de solución energética se cumplan en los próximos meses.
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