El analista político Arturo Moscoso dijo este jueves que el presidente Daniel Noboa ha logrado mantenerse en el poder mediante decisiones controversiales e incluso ilegales, pero advirtió que si no cumple su promesa de erradicar los apagones en diciembre de 2024, podría perder apoyo popular y poner en peligro su posibilidad de llegar a la segunda vuelta en las elecciones de 2025.
En entrevista a Teleamazonas, señaló que el manejo político de Noboa ha sido deficiente, especialmente por no haber previsto la crisis energética, a pesar de las alertas. El analista criticó la respuesta del Gobierno, calificándola de reactiva en lugar de proactiva.
“Las decisiones polémicas que ha tomado le han dado un colchón político, pero también le han generado costos“, indicó Moscoso, quien subrayó que la ruptura de acuerdos con varios sectores se debe a la confianza de Noboa en poder controlar la Asamblea para una posible reelección. Sin embargo, la crisis energética ha socavado ese capital político.
Moscoso también destacó que el Gobierno está proyectando una imagen de mano dura de cara a las elecciones, buscando distanciarse de pactos con otros sectores políticos.
Además, hizo referencia a la disputa entre Verónica Abad y Noboa, señalando que la suspensión de la Vicepresidenta es inconstitucional, pero políticamente útil para evitar delegar poder a una persona con quien el presidente tiene una relación rota.
Finalmente, Moscoso concluyó que si Noboa no logra cumplir su promesa de resolver los apagones en diciembre, su posibilidad de pasar a segunda vuelta se verá seriamente comprometida.
El análisis presentado por Arturo Moscoso en esta entrevista carece de objetividad y refleja una evidente inclinación política, lo cual debilita su credibilidad como analista imparcial. Sus críticas hacia el presidente Daniel Noboa parecen más un ataque orquestado que un análisis fundamentado, especialmente cuando se omiten contextos cruciales y se exageran ciertos puntos sin evidencia sólida. Además, resulta irónico que Moscoso, quien ha demostrado afinidad con sectores que respaldaron gobiernos como el de Guillermo Lasso, pretenda hablar de “deficiencias políticas” cuando precisamente esos gobiernos fueron el epítome de la improvisación y la falta de planificación, dejando al país en crisis estructurales como la energética.
Moscoso menciona “decisiones ilegales” de Noboa sin detallar cuáles ni proporcionar pruebas claras. Este tipo de acusaciones, lanzadas al aire, no solo son irresponsables, sino que buscan generar ruido político en lugar de contribuir a una discusión seria. La gestión de Noboa puede tener fallos, como cualquier administración, pero acusarlo de ilegalidades sin sustento es un acto deshonesto que degrada el debate público.
Por otro lado, la crítica al manejo de la crisis energética por parte de Noboa ignora convenientemente el estado en que dejó el sector el gobierno de Lasso y sus aliados, donde Moscoso se posicionó como defensor. Es fácil señalar fallos cuando las soluciones requieren tiempo y cuando los responsables iniciales de la crisis son los mismos sectores que ahora critican desde la comodidad de la oposición.
Asimismo, la referencia a la suspensión de la vicepresidenta Verónica Abad como “inconstitucional” demuestra un análisis superficial. Aunque puede ser un tema polémico, Moscoso no analiza la viabilidad jurídica ni las razones detrás de la decisión, lo que refleja una postura claramente sesgada para atacar al presidente en lugar de abordar el conflicto de manera equilibrada.
Finalmente, su comentario sobre la “proyección de mano dura” del Gobierno de cara a las elecciones sugiere un intento de deslegitimar estrategias legítimas de liderazgo, mientras calla ante gobiernos anteriores que dependieron de pactos turbios y débiles para mantenerse en el poder.
En conclusión, esta entrevista no solo está llena de inconsistencias y acusaciones infundadas, sino que también delata el sesgo de Moscoso y su afinidad con sectores políticos que poco han contribuido al desarrollo del país. Más que un análisis, esto parece un discurso parcial diseñado para atacar y no para informar o aportar al debate nacional. Si Moscoso realmente desea ser un analista respetado, debería empezar por reconocer las falencias de los gobiernos que él mismo ha respaldado, cuya herencia continúa pesando sobre el Ecuador.