La provincia de Loja enfrenta un desastre sin precedentes con incendios forestales que no solo queman la superficie, sino que también avanzan bajo tierra, prendiendo las raíces de los árboles. “Es muy difícil apagarlos de manera terrestre”, reveló Franco Quezada, alcalde de Loja.
En localidades como San Pedro de Vilcabamba, Chiquiribamba y Chantaco, las llamas avanzan sin control debido a la densa vegetación y las montañas inaccesibles. Según Quezada, la sequía extrema agrava la situación: “Lamentablemente, no tenemos indicios de lluvia. Ya llevamos 10 días con los incendios activados”.
Hasta el momento, más de 7.000 hectáreas han sido consumidas por el fuego, mientras que tres familias están en riesgo directo y al menos 15 han perdido cultivos, ganado y sus bienes esenciales.
A pesar de la ayuda aérea de las Fuerzas Armadas de Ecuador y Perú, la emergencia se extiende. Equipos peruanos evalúan trasladarse a Cuenca, donde el fuego también arrasa hectáreas, aunque la ciudad ha registrado lluvias esporádicas, a diferencia de Loja.
El panorama empeora con la densa capa de humo que cubre a Loja y Cuenca, afectando la calidad del aire y haciendo aún más angustiante la espera de una solución.
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