A medida que la crisis del agua se intensifica, la escasez de este recurso vital afecta a más del 40% de la población mundial. Según la Unesco, en 2022, 2.200 millones de personas no tuvieron acceso a agua potable gestionada de forma segura.
Uno de los mayores responsables de esta situación es la agricultura, que en 2021 representó el 72% del total del agua extraída a nivel global para riego, según la FAO. Pero la realidad es compleja: mientras que la agricultura es una víctima de la crisis hídrica, también contribuye al agotamiento de los recursos.
“La agricultura es tanto un generador como una víctima del problema”, explica Patricia Mejías, técnica de Aguas y Tierras de la FAO. “No hay que culpar a los cultivos por su uso de agua sin entender el contexto”, agrega.
En este artículo BBC Mundo presenta los cultivos más sedientos de agua y cómo su producción impacta al planeta y a las comunidades locales.
1. El arroz: Un gigante consumidor de agua
El arroz es uno de los mayores responsables de la huella hídrica mundial. Para producir un kilogramo de arroz, se requieren aproximadamente 1.144 litros de agua, según la Water Footprint Network. China e India, los principales productores, enfrentan desafíos relacionados con la escasez de agua, mientras que la demanda global sigue creciendo. Se espera que la producción de arroz alcance cifras récord en 2024.
2. Caña de azúcar: El cultivo que consume aún más
La caña de azúcar, indispensable para producir el azúcar que llega a nuestras mesas, es otro gran consumidor de agua. Se necesitan 1.280 litros de agua para producir un kilogramo de caña. Brasil, el mayor productor mundial, ha enfrentado sequías severas que, combinadas con el cambio climático, están afectando a las comunidades locales y a la producción agrícola. Organismos y activistas han alertado sobre los impactos de esta industria en el acceso al agua.
3. Soja: La expansión que amenaza la sostenibilidad
El cultivo de soja es crucial para la producción de alimentos, biocombustibles y pienso animal. Su huella hídrica es de 1.600 litros por kilogramo, y en países como Brasil, que concentra la mayor parte de la producción, el uso intensivo de agua ha exacerbado los problemas de sequía. La expansión de la agricultura, especialmente en la Amazonía, está siendo señalada como una de las principales causas de la crisis hídrica.
4. Algodón: La industria que secó el mar Aral
La producción de algodón, que requiere hasta 6.055 litros de agua por kilogramo, es un ejemplo claro de cómo el mal manejo del agua puede tener efectos devastadores. En Asia Central, el desvío de ríos para irrigar los campos de algodón secó casi por completo el mar Aral, uno de los lagos más grandes del mundo, dejando a las comunidades cercanas sin acceso a este recurso esencial.
5. Aguacate: El oro verde que agota los recursos
Aunque su producción es menor en comparación con otros cultivos, el aguacate es un gran consumidor de agua, con una media global de 938 litros por kilogramo. En países como México y Chile, donde el aguacate se cultiva en zonas con escasez de agua, la industria agrícola está exacerbando las crisis hídricas locales, afectando gravemente a las comunidades cercanas.
La huella hídrica de estos cultivos es solo una parte del rompecabezas global sobre el uso del agua. La crisis está tomando dimensiones alarmantes, y la pregunta es: ¿qué podemos hacer para frenar su impacto y garantizar el acceso al agua para todos?
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