María Corina Machado resiste en la clandestinidad mientras desafía al régimen de Maduro

Nov 18, 2024

En un rincón oculto de Venezuela, María Corina Machado, apodada la “Dama de Hierro” por su firmeza y valentía, enfrenta uno de los momentos más críticos de su vida política. Tras liderar un movimiento que desafió al régimen de Nicolás Maduro en las urnas, ahora vive en la clandestinidad, acompañada únicamente por su convicción y una esperanza inquebrantable.

Desde su refugio, donde la vigilancia y el peligro son constantes, Machado confiesa la carga emocional de su aislamiento. “Extraño un abrazo”, admitió en una entrevista virtual con The New York Times, mostrando una vulnerabilidad que contrasta con su imagen de fortaleza. La líder opositora no solo enfrenta su propio encierro, sino también el exilio de su candidato presidencial, Edmundo González, quien huyó a España tras declarar su victoria en unas elecciones marcadas por irregularidades y represión. Según las actas divulgadas por su equipo, González habría ganado con el 70% de los votos, pero el gobierno de Maduro se adjudicó el triunfo sin presentar pruebas.

Desde los comicios de julio, la represión se ha intensificado. Más de 2.000 personas han sido arrestadas, incluidos colaboradores cercanos de Machado, y al menos cuatro han perdido la vida, entre ellos un joven de 15 años, Isaías Fuenmayor. “¿Cuántas muertes más? ¿Cuántas desapariciones más?”, cuestiona Machado con una mezcla de indignación y dolor.

A pesar de estas adversidades, su lucha no se detiene. Desde su escondite, la líder opositora mantiene contacto con figuras internacionales clave, como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y sus aliados Marco Rubio y Mike Waltz. Machado ve en este contexto una oportunidad única, asegurando que Maduro enfrenta debilidades internas y un creciente aislamiento regional. “Es el momento para que Estados Unidos demuestre que su política exterior puede lograr cambios concretos y decisivos”, afirmó.

Sin embargo, no todos comparten su optimismo. Analistas como Phil Gunson, de International Crisis Group, advierten que Maduro aún tiene herramientas para mantenerse en el poder. Pero Machado no se deja amedrentar. A diario trabaja con organismos internacionales, buscando respaldo para que González asuma la presidencia en enero, mientras su aislamiento se convierte en un sacrificio personal evidente. En los mensajes que comparte, aparece frente a un fondo blanco, un esfuerzo por mantener en secreto su paradero.

María Corina Machado lleva más de dos décadas enfrentándose al chavismo. Como fundadora de Súmate, abogó por la transparencia electoral desde los años 2000, enfrentándose al entonces presidente Hugo Chávez. Su liderazgo se consolidó en 2023, cuando arrasó en las primarias opositoras y movilizó a multitudes que depositaron en ella sus esperanzas de cambio.

Hoy, su realidad es muy distinta. Sin contacto físico y con la constante preocupación por la seguridad de quienes la rodean, Machado encuentra en su fe y en su propósito la fuerza para continuar. Aunque reconoce la magnitud del desafío, asegura que su lucha no solo es por Venezuela, sino por toda la región. Maduro, aliado de Rusia, China e Irán, representa una amenaza hemisférica que, según ella, no puede ser ignorada por la comunidad internacional.

“El régimen intenta desgastarme emocionalmente, pero estoy lista para resistir todo lo que sea necesario”, asegura. A sus 56 años, Machado mantiene la mirada firme en su objetivo: la restitución de la democracia y la soberanía en Venezuela. En este pulso desigual entre una líder en la clandestinidad y un régimen opresor, el futuro de un país entero está en juego.



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