El Senado de Colombia aprobó el 13 de noviembre de 2024 una ley que prohíbe el matrimonio de menores de 18 años, marcando un cambio significativo en la legislación del país, que hasta ahora permitía estas uniones desde los 14 años con el consentimiento de los padres. La nueva norma busca erradicar las uniones tempranas y forzadas, protegiendo los derechos de niños, niñas y adolescentes.
La iniciativa, impulsada bajo el lema “Son niñas, no esposas”, pone fin a años de debates y rechazos legislativos, convirtiéndose en un hito tras ocho intentos fallidos desde 2007. La ley será oficial una vez sea sancionada por el presidente Gustavo Petro.
Impulsores del cambio
La propuesta fue liderada por las representantes Alexandra Vásquez y Jennifer Pedraza, quienes celebraron la aprobación como un triunfo colectivo. Vásquez expresó su gratitud por el apoyo recibido:
“Hoy es un día histórico para los derechos de los niños y niñas. Ahora solo queda esperar la sanción presidencial para convertir esta ley en una realidad”.
Por su parte, Pedraza destacó el respaldo unánime en el Congreso:
“Este es un triunfo de todos y todas. Eliminamos una práctica que perpetuaba ciclos de pobreza y vulnerabilidad”.
La norma también contó con el respaldo de la senadora Clara López y diversas organizaciones internacionales como la ONU, Save the Children y la Unesco, quienes han trabajado para visibilizar los efectos negativos del matrimonio infantil.
Una problemática persistente en Colombia
Colombia ocupa el puesto 20 a nivel mundial en matrimonios infantiles y el 11 en uniones tempranas de menores de 18 años, según un informe de Unicef. En 2023, se registraron 114 matrimonios con menores involucrados, principalmente en comunidades desfavorecidas. Estas uniones suelen perpetuar el abandono escolar, la pobreza y limitar la autonomía de las mujeres jóvenes.
El informe también resalta desafíos en la aplicación de la ley, especialmente en comunidades indígenas y afrodescendientes de zonas rurales, donde las tradiciones y las condiciones sociales complican la erradicación de estas prácticas.
Medidas complementarias
Además de la prohibición, la ley contempla programas de apoyo integral para niñas, niños y adolescentes, con el objetivo de ofrecerles alternativas de vida y acompañamiento para desarrollar sus proyectos personales.
Un paso hacia la equidad regional
Con esta legislación, Colombia se alinea con gran parte de América del Sur, donde la edad mínima para casarse oscila entre los 16 y 18 años. En países como Argentina, aún se permiten estas uniones con aprobación judicial, reflejando la diversidad de enfoques legales en la región.
La aprobación de esta ley representa un avance significativo en la protección de la infancia en Colombia, aunque su implementación requerirá esfuerzos sostenidos y un compromiso político sólido.
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