Argentina atraviesa una ola de cambios profundos en lo económico, político y cultural, impulsada por el gobierno disruptivo del presidente Javier Milei. Nicolás Márquez, escritor, ensayista y analista político, analiza los últimos acontecimientos que están sacudiendo los cimientos de la Agenda 2030, el progresismo, la cultura woke y la teoría del “Estado presente”, conceptos que, según él, han causado un profundo daño a la nación.
“El gobierno de Milei es hiperactivo y todos los días nos sorprende con algo”, comentó Márquez. Ayer, tras confirmarse la condena de Cristina Kirchner a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, el gobierno decidió eliminar la pensión de privilegio que recibía la exmandataria.
Según Márquez, esta decisión representa un golpe mortal para Kirchner, quien lidera el partido opositor Justicialista, que agrupa tanto al peronismo como al kirchnerismo.
Para Márquez, Javier Milei llegó a la Presidencia con un discurso diametralmente opuesto a los 20 años de progresismo, justicia social y Estado presente que dominaron Argentina. “¡Argentina se hartó de todo esto!”, enfatizó.
El analista sostiene que el progresismo dejó al país con un 50 % de pobreza, un récord de indigencia, un 60 % de niños que solo comen una vez al día, un deterioro educativo brutal y un saqueo masivo de las arcas fiscales. En este contexto, el discurso del progresismo se agotó, lo que permitió la emergencia de Javier Milei con una propuesta completamente diferente y con una gran acogida entre los jóvenes.
“Hay no solo un cambio de época en términos ideológicos, sino también tecnológicos, que ha abierto a los jóvenes argentinos un mundo nuevo de oportunidades”, añadió Márquez.
Milei, según Márquez, conecta profundamente con las nuevas generaciones por su espíritu irreverente y no convencional: fue jugador de fútbol (arquero), roquero y fanático de los Rolling Stones. Además, su peinado y vestimenta son atípicos para un político profesional. “Se combinan un discurso disruptivo, una imagen disruptiva, una verborragia disruptiva y una capacidad intelectual brillante”.
Nadie duda de que es una delincuente
Si bien la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena en el caso Vialidad, la expresidente Cristina Kirchner no irá a prisión y el año que viene podrá ser candidata en las elecciones legislativas si así lo decide. Es porque el fallo que se conoció no está firme y puede ser apelado ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la última instancia que intervendrá en el caso.
Según Márquez, es un golpe mortal, porque ella es la presidente del partido opositor (Justicialista, agrupa al peronismo y kirchnerismo)) al presidente Javier Milei.
“Nadie duda de que es una delincuente”, enfatizó.
Recordó que Cristina Kirchner gozó de la solidaridad de Rafel Correa, entre otros, porque siempre se andan solidarizando entre ellos, es como una corporación delincuencial.
Para el escritor la confirmación de la condena era un hecho previsible, lo que no lo eras es que al día siguiente el gobierno de Milei anunciará el que le daba de baja la jubilación de privilegio de Cristina Kirchner y la pensión de Néstor Kirchner.
Márquez dijo que la pensión de privilegio que recibía Cristina Kirchner equivalía a 80 jubilaciones mínimas en Argentina (aproximadamente más de 22.000 dólares al tipo oficial de hoy).
También dijo que la exmandataria puede apelar, pero las posibilidades de que se cambie la suerte jurídica de ella son nulas. Sin embargo, “Cristina Kirchner ha sido toda su vida una delincuente, al igual que su marido (Néstor Kirchner), es una mujer que tiene 71-72 años, por lo tanto, gozará del arresto domiciliario y tobillera electrónica.
Finalmente, considera que Cristina Kirchner estará presa en unas de sus mansiones, que será como unas vacaciones…”.
El Cuentero de Carondelet de Nicolás Márquez
El Cuentero de Carondelet es una obra escrita por Nicolás Márquez que analiza la figura política y el legado del expresidente ecuatoriano Rafael Correa. Desde un enfoque crítico, el autor disecciona las estrategias, políticas y narrativas empleadas por Correa durante su mandato, ofreciendo una perspectiva que lo presenta como un hábil manipulador del discurso público.
El título de la obra alude a la residencia presidencial ecuatoriana, el Palacio de Carondelet, sugiriendo que Correa, más que un líder estadista, es un “cuentero”, es decir, alguien que utiliza relatos o historias elaboradas para cautivar a las masas y desviar la atención de las realidades de su gestión.
El autor utiliza un estilo directo, cargado de ironía y crítica mordaz, para desmantelar lo que considera mitos sobre el “correísmo”. La obra combina análisis político, crónica periodística y opinión para cuestionar las bases del modelo político instaurado por Correa.
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