Oriundo de Julio Andrade, en el Carchi, Joffre Imbaquingo, con solo 19 años, ha dejado una marca destacada en la Vuelta a Ecuador 2024, sorprendiendo con su potencial y rendimiento.
Desde la primera etapa del evento, el joven ciclista se colocó el jersey blanco, otorgado al mejor juvenil de la competencia, y ha mantenido esa distinción con firmeza, reseña El Comercio. Con cada premio, Imbaquingo se reafirma como una de las figuras emergentes del ciclismo nacional.
Su rendimiento, constante y sólido, lo ha puesto en una posición privilegiada en la clasificación juvenil, pero él tiene sus ojos puestos más alto: pelear por los puestos estelares en la tabla general.
Aunque está satisfecho con lo logrado, el joven corredor cree que aún no ha alcanzado su mejor versión y confía en poder mejorar conforme avance la competencia.
El respaldo de Richard Carapaz: Una amistad que inspira
Lo que hace aún más especial la carrera de Joffre Imbaquingo es su relación con Richard Carapaz, una leyenda del ciclismo ecuatoriano.
Imbaquingo, oriundo de la misma provincia que Carapaz, vivió el sueño de conocerlo cuando apenas lo veía por televisión, cuando Carapaz ya destacaba internacionalmente, particularmente en el Giro de Italia, donde se consagró campeón en 2019.
La primera vez que coincidieron fue mientras ambos entrenaban en el Carchi. “Lo topaba y nos pegábamos a rueda para ver hasta dónde se aguantaba”, cuenta Imbaquingo, quien describe cómo, con el tiempo, su relación fue más allá de las rutas de entrenamiento.
“Comenzamos a salir en la ‘grupeta’ que tenemos allá en el Carchi, y ahí se fue armando una buena amistad”.
Richard Carapaz no solo ha sido un referente para el joven ciclista, sino también una fuente de guía y confianza. Imbaquingo afirma que seguir los pasos de Carapaz es su principal objetivo, además de aprender de otros ciclistas destacados como Jefferson Cepeda y Jonathan Narváez.
Una meta europea y el sueño de llegar a la élite
El futuro de Imbaquingo está marcado por su meta de llegar a ser parte de un equipo de ciclismo de élite en Europa. Su paso por el Caja Rural de España, aunque breve, le permitió experimentar un ciclismo más profesional y de mayor acogida.
“Vivir el ciclismo de allá me dejó grandes aprendizajes”, asegura. Aunque su regreso a Ecuador fue complicado por una enfermedad, Imbaquingo ha demostrado que su potencial no tiene límites.
Su entrenador, el exciclista José Ragonessi, destaca la madurez de Imbaquingo a pesar de su juventud. Según Ragonessi, el ciclista tiene un futuro prometedor, pero debe cumplir con un proceso.
Imbaquingo, por su parte, se ve trabajando codo a codo con los mejores del mundo: “Es difícil, pero todo lo que uno se proponga es con trabajo”, concluye el joven ciclista, que no pierde de vista su sueño de seguir los pasos de su ídolo Richard Carapaz.
Con la Vuelta a Ecuador aún en curso, Joffre Imbaquingo sigue mostrando su talento, ilusión y disciplina, un joven que, con el tiempo, podría dejar una huella significativa en el ciclismo mundial.
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