Sarah McBride logró un hito en las elecciones de 2024 al ser elegida como la primera congresista transgénero de Estados Unidos, representando a Delaware en la Cámara de Representantes.

Este triunfo es un avance significativo para la comunidad LGBTIQ+, especialmente en un contexto político donde el regreso de Donald Trump a la presidencia genera divisiones.

La victoria de McBride es un símbolo de progreso en la representación y visibilidad de las personas transgénero en la política estadounidense. Su elección destaca la importancia de contar con defensores de los derechos civiles en cargos gubernamentales clave.

Con una trayectoria de activismo que comenzó en 2012, cuando aún era estudiante en la American University y se declaró públicamente como transgénero, McBride ha marcado hitos pioneros en su carrera.

Fue la primera mujer transgénero en hacer una pasantía en la Casa Blanca durante la administración de Barack Obama y, en 2020, la primera persona trans en ocupar un cargo en el Senado estatal de Delaware.

Su enfoque en los derechos LGBTIQ+ y su capacidad para abordar temas sociales y políticos más amplios han sido fundamentales para su ascenso político.

A lo largo de su carrera, McBride ha trabajado estrechamente con aliados como la Human Rights Campaign, defendiendo los derechos de su comunidad y, al mismo tiempo, abogando por las preocupaciones de todos sus electores.

Con su elección, Sarah McBride asume un papel histórico que refuerza el compromiso con la diversidad y la igualdad en la política de EE. UU.