El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha designado a John Ratcliffe, exdirector de Inteligencia Nacional, como el próximo líder de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Este nombramiento posiciona a Ratcliffe en uno de los roles más cruciales para la seguridad nacional en la futura administración.

Anuncio en redes sociales

Trump realizó el anuncio a través de su red social, Truth, destacando los logros de Ratcliffe y su compromiso con la transparencia. “Desde exponer la falsa colusión rusa como una operación de la campaña de Clinton, hasta revelar el abuso del FBI en el Tribunal FISA, Ratcliffe ha sido un guerrero de la verdad y la honestidad”, escribió Trump. Además, subrayó que su liderazgo en la CIA garantizará la protección de los derechos constitucionales de los estadounidenses y la seguridad nacional bajo el lema “Paz a través de la fuerza”.

Trayectoria de Ratcliffe

Ratcliffe, originario de Texas, cuenta con una sólida experiencia en el ámbito político y de inteligencia. Representó al 4º Distrito Congresional de Texas durante más de cinco años, desempeñándose en los comités de Inteligencia, Judicial y Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes. Posteriormente, entre 2020 y 2021, asumió el cargo de director de Inteligencia Nacional durante el gobierno de Trump. En ese período, supervisó procesos clave como las elecciones presidenciales, la pandemia de COVID-19 y la transición presidencial.

Su tiempo en ese cargo estuvo marcado por la desclasificación de documentos relacionados con la campaña de 2016, lo que le valió críticas por parte de los demócratas, pero también el reconocimiento de Trump, quien en 2020 le otorgó la Medalla de Seguridad Nacional por sus logros.

Nombramiento sujeto a confirmación del Senado

A diferencia de otros miembros anunciados para el gabinete, el nombramiento de Ratcliffe requiere la aprobación del Senado. Sin embargo, los republicanos cuentan con mayoría desde las elecciones legislativas del 5 de noviembre, lo que facilita el proceso.

Ratcliffe es actualmente vicepresidente del Centro para la Seguridad Estadounidense del America First Policy Institute, un think tank alineado con las políticas de Trump. Su estrecha relación con el presidente electo y su firme defensa durante procesos como el juicio político de 2019 y las investigaciones sobre Hunter Biden, lo posicionan como un aliado clave para la nueva administración.

Con esta designación, Trump reafirma su intención de rodearse de figuras de su máxima confianza para roles estratégicos, marcando desde ya el tono de su segundo mandato.