La recuperación del embalse de la central Hidroeléctrica Mazar avanza a un ritmo alarmantemente lento. Este lunes 11 de noviembre de 2024, el nivel del agua apenas subió 1.5 metros, alcanzando los 2.111,41 metros sobre el nivel del mar, muy por debajo de los niveles necesarios para una operación eficiente.

La sequía persiste con intensidad en Azuay y en toda la cuenca del río Paute, que sigue sumida en una crisis hídrica sin precedentes.

Los ríos que cruzan la ciudad de Cuenca, incluidos los afluentes Tomebamba y Tarqui, se encuentran secos o con niveles extremadamente bajos, complicando aún más la recuperación del embalse de Mazar.

La sequía histórica en Azuay: 122 días sin lluvias

Según Rigoberto Guerrero, responsable de la Red Hidrometeorológica de Cuenca, la situación es crítica. “El nivel de los ríos es extremadamente bajo, lo que impide la recuperación del embalse”, comenta.

Este escenario se agrava con el hecho de que la cota operativa del embalse está a años luz de ser alcanzada, pues no supera los 2.116 metros, cuando debería estar mucho más alto para garantizar el abastecimiento de agua a las centrales hidroeléctricas.

Azuay atraviesa un período de 122 días de sequía hidrológica, una situación histórica para la región. La falta de lluvias ha provocado no solo el descenso de los niveles de los ríos, sino también el aumento de incendios forestales en la zona. Guerrero advierte que, para los próximos cinco días, las probabilidades de lluvias son extremadamente bajas.

Paute opera con reservas mínimas: ¿se avecinan más cortes de energía?

En el Complejo Hidroeléctrico Paute, que depende en gran medida de la central Mazar, las centrales Molino y Sopladora reanudaron su operación este lunes 11 a las 11:00, generando apenas 400 megavatios. Sin embargo, la situación es aún más grave porque ahora la operación de Paute depende del embalse de Amaluza, que es cuatro veces más pequeño que Mazar.

Para que Paute siga funcionando, el nivel de Amaluza debe mantenerse por encima de los 1.975 metros sobre el nivel del mar. A las 12:00 del 11 de noviembre, el embalse se encontraba en 1.982 metros, apenas siete metros por encima del mínimo necesario. Si el nivel cae por debajo de esta marca, todo el complejo hidroeléctrico podría quedar fuera de servicio, lo que obligaría al gobierno a incrementar los cortes de energía.

La situación sigue siendo preocupante, y la falta de lluvias podría desencadenar una crisis energética de mayores proporciones si no se toman medidas urgentes.