Inseguridad, violencia y tono emocional 

Nov 11, 2024

Los analistas e investigadores relacionados con seguridad, criminología, psicología, sin duda estarán preocupados por los efectos e implicaciones de habitar en espacios inseguros. Ya de por sí vivir en sociedades inestables, cambiantes y disruptivas como es la dinámica de la globalización, desarrollan un sentido de alerta, generan desasosiego e inquietud permanente, porque cualquier problema- en cualquier espacio, campo y tiempo. Por tanto,  hoy interpela nuestra capacidad de mantener el control sobre diversos problemas que al estar traslapados unos con otros son difíciles de comprender, pero que marcan tendencias de inestabilidad y exigen análisis integrales que permiten esbozar sus semillas de cambio, sus señales y puntos críticos para diseñar soluciones para el mediano y largo plazos: las certezas han terminado y lo único permanente es la impermanencia, escenario donde estamos colocados actualmente.  Es así que los movimientos contradictorios, lo impredecible,  el azar y lo disruptivo  que quiebran cualquier intento de  rutina familiar, laboral, de educación, deportiva, de recreación están allí,  porque en países complejos como Ecuador, nunca sabemos por dónde saltará la liebre. O, lo que es peor estamos acostumbrándonos paulatinamente  a ser motivo de titulares en los medios de prensa y redes sociales  del mundo y la región, por ostentar los índices más elevados de inseguridad y violencia en varias ciudades, que llevan la punta de las mediciones a nivel global; no obstante,  hemos marginado la preocupación por desarrollar una mentalidad anticipativa y de alerta frente a potenciales eventos inesperados, y casi siempre nos sorprenden y  no gratamente. 

La restricción de movimientos –y en estos momentos agravada por los apagones- afectan el desarrollo económico, disminuyendo la confianza de la ciudadanía no solo en las instituciones y de la posibilidad de afianzamiento del Estado de Derecho sino que acumulando poca esperanza sobre un futuro nuboso 

Frente a un conglomerado de factores concurrentes negativos no se ha hecho esperar la detonación de respuestas psico-sociales que afectan el convivir de  niños/as, adolescentes, jóvenes, adultos/as , adultos/as mayores. Esto está generando una tipología de sociedad exacerbada, ansiosa, plagada de sentimientos de desamparo, vulnerabilidad, con agudos cuadros de estrés y miedo y poca esperanza frente al futuro; todo ello va minando la calidad de vida y afectando los procesos de integración social intergeneracional frente a la incertidumbre respecto al futuro. De paso una pregunta que martilla las  mentes de los ecuatorianos/as es ¿ qué es lo que nos espera tras las próximas elecciones, ¿cuál será la imagen de futuro que se configurará  en medio de este panorama donde lo político se ha convertido en un sainete?  

El movimiento ondulatorio de la crisis económica a la inseguridad, de la inseguridad a la conflictividad y violencia,  de la crisis energética a la agudización de la crisis de desempleo, y del debilitamiento del sedimento ético y moral de la sociedad por una grosera corrupción y galopante impunidad hacia una creciente desinstitucionalización del Estado con serios problemas de gobernabilidad, no hace sino consolidar un permanente estado de desazón en las grandes mayorías que atentan contra su salud física y mental , Casi siempre las grandes mayorías afectadas-porque varios alfiles que son parte de las élites políticas en apariencia limpias y  otras ligadas a acciones criminales, al tener agendas propias ni sienten ni les importa, sumergiéndose en lo que se denomina corrupción negra sin ningún remordimiento.   

El advenimiento de un caos mayor es muy probable. Un escenario de colapso puede estar avecinándose para lo cual necesitamos un ejercicio prospectivo colectivo para el mediano plazo. Es imprescindible una búsqueda creativa y priorizada de intervención y resolución de una compleja problemática que vive el país con diálogos constructivos interinstitucionales, con gente honesta, capaz y convencida que sí es posible salvar el país más allá de la defensa a ultranza de tiendas políticas de papel, ayudando de paso a recomponer el tono emocional de la sociedad, y frenar en  alguna medida la tendencia a la emigración como única salida. 



Comentarios

0 comentarios


Te puede interesar





Lo último