El analista económico Alberto Acosta señaló que la reciente reducción de los apagones en Ecuador ha sido una medida política más que técnica, destinada a contentar a la población, pero que podría generar consecuencias graves a corto plazo.
Advirtió que estas decisiones no tienen un respaldo técnico adecuado, lo que podría resultar en un mayor desgaste de los embalses de agua utilizados para la generación de energía, lo que afectaría la sostenibilidad de los apagones en el futuro.
Explicó que la crisis energética no es solo climática, sino que también se debe a la falta de inversión en generación de energía, especialmente por parte del sector privado, dado que el modelo actual de monopolio estatal en este sector está limitando la oferta energética. Según el analista, mientras el mercado no se abra a la inversión privada, el sistema continuará siendo insostenible.
El experto también destacó que los esfuerzos del gobierno para aliviar la crisis económica, como los subsidios y medidas de apoyo, a largo plazo se pagarán con mayores impuestos. Esta política de “regalos económicos” tiene un costo que, según Acosta, no es gratuito y terminarán cubriéndolo los ciudadanos.
En cuanto a las proyecciones económicas para Ecuador en 2024, Acosta afirmó que los apagones programados están afectando negativamente la recuperación de la economía, diversificando los impactos a todos los sectores y minando cualquier posibilidad de crecimiento a corto plazo.
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