De encubridores a fiscalizadores

Oct 30, 2024

Por Aurelio Dávila

Desde que está vigente el mamotreto de la Constitución de Montecristi, la Asamblea Nacional ha sido manejada por el correismo, sea como Alianza PAIS o como la Revolución Ciudadana, gracias a la mayoría de honorables que han ocupado su curul en el primer poder del Estado.

De 2009 a 2017, durante el Gobierno de Rafael Correa, la Asamblea Nacional JAMÁS llevó a juicio político a ningún funcionario en dicho período, porque TODO FUNCIONARIO MARCA RAFAEL CORREA, máximo llegaba a la Comisión de Fiscalización, allí eran sacramentados, declarados inocentes. La mayoría no encontraba causal alguno para que sea llamado a juicio político, de ninguna función, porque ellos manejaban no solo la función Ejecutiva, sino la Legislativa, Electoral y de Participación Ciudadana. Fueron simples ENCUBRIDORES de todas las anomalías que, posteriormente, la justicia SÍ encontraba una serie de irregularidades. La lista de funcionarios de dicho gobierno sentenciados es larga, empezando por la cabeza. Pero la Asamblea nunca encontró razón alguna para llevarlos a juicio político.

De 2009 a 2017, CERO juicios políticos. Pero los tiempos cambian, ya dejaron de ser gobierno y les brotó las ganas de fiscalizar y ahora sí encontraron “cositas raras” y se han dedicado a llamar a juicios políticos. Desde 2017 hasta la presente fecha la Asamblea ha llamado a 31 juicios políticos a personeros de las distintas funciones del Estado, en promedio, matemáticamente, se llama a un juicio político cada tres meses. Es una barbaridad. Se nota que, más allá de lo legítimo que es fiscalizar, la intención es obstaculizar al gobierno de turno, quitar continuidad a los funcionarios y “vender” la idea que, AHORA SÍ, les interesa ejercer su poder fiscalizador.

¿La solución? Tal vez que el ejecutivo llegue a designar como ninistros a expertos en comunicación a fin de que puedan acudir todos los días a la Asamblea a explicar cada acción tomada, para que, el funcionario que ejecuta las políticas, tengan perfil bajo, no sean sujetos de fiscalización y así poder obtener estabilidad en el desarrollo de su plan de trabajo. Bien dicen que Ecuador es campeón mundial del “hecha la ley, hecha la trampa”.



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