El Vaticano presentó el primer informe de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, destacando la urgencia de agilizar la destitución de sacerdotes acusados de abuso sexual y reforzar el apoyo a las víctimas.
Este documento, considerado una “primera etapa”, señala los riesgos persistentes y las mejoras necesarias en la Iglesia para salvaguardar a menores y adultos vulnerables.
Creada en 2014 por el Papa Francisco, la comisión tiene como objetivo supervisar anualmente el avance en protección de menores.
En el informe, su presidente, el cardenal Sean O’Malley, afirmó que “verdad, justicia, reparaciones y reformas institucionales” son los pilares de su trabajo.
El documento revela que la principal demanda de las víctimas es el acceso a la verdad y sugiere implementar un defensor del pueblo que facilite la transparencia en casos de abuso.
También propone una definición más clara de “vulnerabilidad” y una mayor formación de líderes eclesiásticos para enfrentar este problema.
El Papa Francisco solicitó este informe en 2022 para recibir datos fiables sobre la situación y entender qué cambios son necesarios en la comunidad católica global.
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