Este martes, el grupo militante islamista Hezbolá anunció la designación de Naim Qassem como su nuevo líder, en reemplazo de Hassan Nasrallah, quien ocupó el cargo de secretario general desde 1992 hasta su muerte el mes pasado, a causa de bombardeos del ejército israelí en el sur de Líbano.
Naim Qassem, quien era el vicesecretario general de Hezbolá en el momento de la muerte de Nasrallah, ha sido una figura reconocible en la organización desde su nombramiento en 1991.
En las últimas semanas, Qassem se convirtió en uno de los rostros más visibles del grupo tras el inicio de la ofensiva israelí en Líbano en septiembre.
En una de sus declaraciones más significativas, realizada después del fallecimiento de Nasrallah, Qassem afirmó que la lucha contra Israel continuaría en solidaridad con los palestinos, advirtiendo que “la batalla puede ser larga”.
Desde septiembre, Israel ha intensificado su ofensiva militar en el sur de Líbano, enfocándose en objetivos estratégicos de Hezbolá.
Esta campaña ha resultado en más de mil muertes y la destrucción de varias áreas debido a los bombardeos.
La incursión israelí se produce un año después de que comenzara la ofensiva en Gaza, que ha dejado más de 40.000 muertos, muchos de ellos niños y mujeres.
La escalada de violencia se desató tras un ataque terrestre de Hamás en Israel, que provocó cerca de 1.200 muertes y la captura de aproximadamente 250 rehenes.
Trayectoria de Naim Qassem
Naim Qassem, nacido en 1953 en Beirut, comenzó su activismo político con el movimiento chiita Amal. En 1979, durante la revolución iraní, dejó este grupo para participar en las reuniones que dieron origen a Hezbolá.
Con el respaldo de Irán, Hezbolá comenzó a operar en el sur de Líbano en 1982, como respuesta a la invasión israelí.
A lo largo de los años, Qassem ha desempeñado un papel fundamental en la organización, especialmente en la coordinación de campañas electorales y en la política, donde Hezbolá ha estado presente desde 1992.
El nuevo liderazgo de Qassem enfrenta numerosos desafíos, especialmente tras la reciente ofensiva israelí, que ha debilitado significativamente a la organización.
Los ataques a las comunicaciones y los bombardeos han dejado un saldo mortal considerable entre la cúpula de Hezbolá.
Aunque la organización aún conserva gran parte de su capacidad operativa y un arsenal significativo, los analistas sugieren que deberá evaluar si una confrontación directa con Israel es la mejor estrategia, dadas las consecuencias devastadoras que podría acarrear en el sur de Líbano y en la Franja de Gaza.
Con su nombramiento, Naim Qassem asume el reto de liderar a Hezbolá en un contexto de crisis y creciente presión militar, mientras la organización intenta mantener su relevancia en un entorno cada vez más complejo.
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