El sector exportador ecuatoriano enfrenta un momento crítico en medio de la crisis energética, según alertó Felipe Ribadeneira, presidente ejecutivo de Fedexpor, en una reciente entrevista.

Ribadeneira expresó su preocupación sobre el impacto de los constantes cortes de electricidad, indicando que esta situación afecta directamente las operaciones y cadena de valor de las empresas exportadoras.

En este sentido, hizo un llamado al gobierno y a las autoridades para implementar soluciones inmediatas que mitiguen los costos adicionales y protejan los empleos.

Para Ribadeneira, uno de los principales problemas es la falta de planificación a largo plazo. “Es inconcebible que diariamente tengamos que esperar hasta la noche para saber cuáles serán los cortes del día siguiente”, criticó.

El líder gremial exigió que se establezca una agenda energética que permita a las empresas prepararse de aquí a diciembre, minimizando así el riesgo de que las exportaciones incumplan con los compromisos internacionales.

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Fedexpor también ha propuesto al gobierno eliminar el impuesto a la salida de divisas para la importación de equipos eléctricos necesarios para la autogeneración de energía, como generadores, baterías e inversores, una medida que, según Ribadeneira, el presidente podría implementar rápidamente a través de un decreto.

Además, pidió que se otorguen beneficios similares a los que se implementaron durante la pandemia, como el diferimiento de pagos de impuestos para aliviar la liquidez del sector.

Respecto a los efectos inmediatos de no tomar medidas, advierte que pueden ser catastróficos: “Los sobrecostos afectan a las empresas, pero el mayor temor es que deban recortar su fuerza laboral, afectando a las familias que dependen de estos empleos”. También recalcó que el sector exportador, lejos de buscar “una tajada de la crisis”, requiere urgentemente de alivios financieros y administrativos para no perder terreno en el mercado internacional.

Finalmente, señaló que la crisis energética fue politizada en medio de la campaña electoral, perdiendo la seriedad que merece. “Esto es una crisis nacional, no un tema de campaña”, advirtió, indicando que quien asuma la presidencia en febrero tendrá que enfrentarla de inmediato.