Bien dicen que el humano es el único ser que tropieza varias veces con la misma piedra.
Han notado ustedes que muchos problemas del país se repiten periódicamente. Recuerdo cuando era universitario y el país se quejaba de los apagones e incluso se adelantó la hora para aprovechar mejor la luz natural. Han pasado más de 30 años y el Ecuador no logra encontrar la luz. El tema de las barcazas para generación eléctrica y las denuncias asociadas vienen a mi memoria desde la década de los noventas. Mientras estamos comprando velas y fósforos, el mundo camina hacia la inteligencia artificial.
Respecto a los hidrocarburos, el problema de la calidad de los combustibles lo escucho desde que era adolescente. En ese entonces la discusión giraba sobre el uso del tetraetilo de plomo. Hoy los niveles de azufre en los combustibles siguen atentando contra la salud de la población al rebasar los estándares internacionales. Los problemas técnicos en la refinería se repiten desde décadas atrás, a pesar de enormes inversiones anunciadas periódica y pomposamente por los gobiernos de turno a través de los medios de comunicación, mientras la población que habita alrededor presenta afecciones de salud por la contaminación. Los derrames que afectan los ecosistemas, el gas asociado que en lugar de aprovecharse para generar energía, se quema en los mecheros, son entre otros, problemas recurrentes que el país soporta sin una consecuencia para los responsables, es decir las autoridades de turno, que deberían quedar marcadas en la memoria colectiva y ser castigados en las urnas por el resto de sus vidas.
Y así podríamos seguir con otros sectores como el minero, donde lo recurrente han sido las denuncias de corrupción; donde aparecen concesiones graficadas y otras que desaparecen a pesar de estar cerrado el catastro; donde hay títulos que tienen “ruta con atajo” para su emisión mientras otros demoran décadas.
Una serie de eventos que se repiten en el tiempo… les invito a buscar la piedra donde tropezamos nuevamente como pueblo ecuatoriano.
¿Han notado que varios nombres de autoridades se repiten a lo largo de los años como si fueran los ungidos con el conocimiento de un sector, como si fueran los únicos que podrían sacar adelante un área particular del país y lo anecdótico es que no tienen estudios sobre el tema y generalmente salen criticados luego de su gestión pero regresan? En ocasiones solo cambian de cargo o de institución para seguir operando desde el propio Estado. A veces hacen pausas saliendo al sector privado y regresando luego para completar su cometido. Muchos sobreviven los cambios de gobierno, flotando como corchos en el agua, aparentan ser santos, pero operan para sus propios intereses y generalmente tienen un padrino poderoso.
El país no ha logrado que sus sistemas de inteligencia investiguen a estos actores para identificar las razones subyacentes del retorno de los ungidos, para detectar qué grupos de poder están detrás con evidentes conflictos de interés y cómo operan para ganar dinero a costa del Estado, así como determinar los estudios jurídicos que usualmente los defienden.
Cuando un Presidente exija a los sistemas de inteligencia una investigación al respecto, se llevaría sorpresas donde probablemente algunos de sus cercanos colaboradores estarían vinculados con sus propios enemigos políticos y grupos de poder.
Hasta que eso suceda, ojalá los gobiernos de turno habiliten una línea para denuncia ciudadana sobre conflictos de interés de las autoridades designadas, que le permita al Primer Mandatario conocer alertas sobre quién es quién en su administración y en caso el gobernante esté limpio, le sirva para evitar que el país siga tropezando en la misma piedra.
Navidad en un pueblo
Por Kléver Bravo
Excelente articulo, pero desgraciadamente soñador. Ya quisieramos que los gobiernos de turno no esten envueltos en las mismas redes y mafias que cunden en las empresas estratégicas en el Ecuador. Las mafias enquistadas seguirán mientras los que entren en el gobierno sean parte de lo mismo.