La entrevista fue una especie de mea culpa. El presidente Daniel Noboa admitió que “la gente está cabreada” por los continuos y prolongados racionamientos eléctricos. “Si fuera un ciudadano común, yo estaría cabreado por los apagones, sea culpa de quien sea. Y eso es lo que se ha visto”. 

Confesó que maneja encuestas que indican que esta situación ha afectado. “Pero la gente, más que inclinarse hacia otra opción, está resentida y busca una razón para volver a confiar en este Gobierno, y nosotros se la daremos”. 

“A la gente tengo que decirle la verdad: el hecho de que no haya salido en el noticiero de Ecuavisa a explicar no significa que no hemos estado trabajando, día y noche, 20 horas al día, sin dormir, pensando en cómo reducir los cortes eléctricos”. 

“La gran mayoría sabe que no es nuestra culpa, pero quieren ver acción; quieren ver a la misma persona que declaró la guerra a los narcoterroristas, que encarceló a (Jorge) Glas y a (Pablo) Muentes. Esto se va a resolver pronto”. 

“Algunos me echarán la culpa cuando se resuelva; los más críticos dirán que es gracias al clima. Al final, lo que importa es que a principios de diciembre las familias ecuatorianas recuperen su vida normal”, refirió el mandatario. 

Ni engaño ni populismo 

Explicó que su anuncio de la semana anterior sobre la reducción de los horarios de racionamiento de energía eléctrica no fue populismo, sino una muestra de empatía con la gente. “Las decisiones que tomamos tenían un 70 % de probabilidades de éxito”. 

“Se quiso dar un sentido humano a este Gobierno”. 

Lo que ocurrió después fue un escenario con menos del 10 % de probabilidad: “Tuvimos afectaciones climáticas, un viento inesperado que nos jugó en contra”. 

“No fue una medida populista o engañosa; fue algo pensado para las personas, buscando darles la mayor certeza posible para planificar”, agregó el mandatario.