En la madrugada del sábado, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevaron a cabo un “ataque preciso” contra varias instalaciones militares en Irán, usando inteligencia para coordinar la ofensiva. Según las autoridades israelíes, uno de los blancos fue una fábrica de misiles, en represalia por los ataques con misiles iraníes del 1 de octubre.

“Atacamos sistemas de misiles tierra-aire y capacidades aéreas iraníes que amenazaban la libertad de operación de nuestras fuerzas en la región”, indicó el portavoz militar Daniel Hagari. Tras la ofensiva, Israel confirmó que sus aviones regresaron “de manera segura” al territorio.

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Por su parte, el ejército iraní reportó la muerte de dos soldados durante los bombardeos y aseguró haber interceptado algunos proyectiles. En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán condenó el ataque, calificándolo como una “violación del derecho internacional” y reafirmó su “derecho a la defensa”.