El riesgo país de Ecuador alcanzó los 1.249 puntos, superando incluso a Argentina, lo que refleja la creciente percepción de riesgo entre inversionistas internacionales. Según el analista económico Miguel Rossignoli, este aumento era previsible, producto de una combinación de factores internos y externos que afectan la economía.

Explicó que la crisis energética y la dependencia de hidroeléctricas golpeadas por sequías agravan la situación, destacando que el gobierno no ha implementado políticas claras que prioricen la reducción del gasto público ni una recuperación económica estructural.

Rossignoli subrayó que Ecuador arrastra una “mala fama” de mal pagador, que se remonta a la época de Rafael Correa cuando el país declaró parte de su deuda como ilegítima, afectando la confianza internacional. Pese a que en los últimos años se ha cumplido con las obligaciones de deuda externa, el riesgo país sigue en niveles preocupantes, algo que, según el analista, no se puede corregir rápidamente, aunque se podría disminuir con decisiones políticas enfocadas en reducir el gasto público y mejorar la eficiencia estatal.

Además, destacó que la falta de políticas efectivas para el sector privado, generador de empleo y riqueza, sigue siendo un gran obstáculo. Propone recortar el gasto administrativo y buscar una mayor cooperación con el sector privado para optimizar recursos, especialmente en áreas críticas como la educación y la energía.

El aumento del riesgo país encarece el acceso al crédito internacional, lo que afecta tanto al gobierno como a ciudadanos comunes, ya que las tasas de interés suben y el costo de vida se incrementa. Para Rossignoli, resolver esta crisis requerirá de reformas profundas y una colaboración efectiva entre el gobierno y la Asamblea Nacional.