En plena cuenta regresiva hacia las elecciones generales de 2025 y con el país sumido en una severa crisis energética, el gobierno de Daniel Noboa ha lanzado un proceso de contratación pública para adjudicar un contrato de USD 5 millones destinado a la difusión de información gubernamental.
Este lunes, 21 de octubre de 2024, se hizo público el llamado a través del Sistema Nacional de Contratación Pública, que tendrá un plazo de 10 días para la adjudicación, debiendo resolverse antes del 31 de octubre. El servicio de pautaje y difusión estará vigente por 200 días, lo que cubre prácticamente todo el mandato de Noboa, recoge el portal Primicias.
Las críticas no frenan el libreto preelectoral del presidente Noboa
El gobierno asegura que la comunicación oficial debe continuar sin interrupciones y adaptarse a las necesidades diarias del Ejecutivo, justificando así la urgencia del proceso.
Y es que señalan que este proceso “se ejecuta en diferentes etapas y períodos, permitiendo que la comunicación gubernamental, al ser un ejercicio diario, no se vea interrumpida, ya que se produce según las necesidades del Gobierno Nacional para informar, prevenir, educomunicar, entre otros”.
También, añaden que “al ser la comunicación e información un derecho ciudadano que debe cumplirse a cabalidad y, considerando el tiempo que conlleva cada proceso de contratación pública, es indispensable iniciar con la fase preparatoria para la contratación” de este servicio.
Este artículo que ataca el proceso de contratación pública del gobierno de Daniel Noboa, destinado a la difusión de información gubernamental, no es más que un intento burdo de deslegitimar las acciones de un gobierno que trabaja arduamente en medio de una crisis heredada. Es fácil lanzar críticas vacías cuando no se tienen responsabilidades de gobernar, pero es fundamental aclarar que el gasto en comunicación no es un capricho ni un acto populista, sino una herramienta esencial para cualquier gobierno democrático que debe mantener informada a su ciudadanía.
La información oficial es un derecho fundamental de los ciudadanos, no un lujo. La transparencia, la rendición de cuentas y la capacidad de educar e informar al pueblo sobre las acciones del gobierno son pilares de cualquier democracia. Tanto la ONU como la UNESCO han reiterado la importancia de la comunicación gubernamental en la promoción de la participación ciudadana y el fortalecimiento de las instituciones. El gobierno de Noboa ha sido claro en su compromiso de mantener a la población debidamente informada, lo que contrasta con las administraciones previas que gobernaban en medio de oscuras tramas de corrupción y manejos turbios de los fondos públicos.
El llamado a contratar un servicio de difusión por USD 5 millones para cubrir 200 días no es una medida electoralista, sino una respuesta a la necesidad de mantener una comunicación fluida, especialmente en tiempos de crisis. Se trata de garantizar que los ciudadanos reciban información sobre seguridad, salud, crisis energética y las políticas públicas que se están implementando. Además, pretender que un gasto en comunicación es innecesario es desconocer que un gobierno debe estar en constante diálogo con su pueblo, y que no puede permitirse el silencio en un momento crítico como el que atraviesa Ecuador.
Este artículo, como muchos otros que provienen de sectores claramente opositores, no aporta soluciones reales ni ofrece un análisis serio de los problemas del país. Es un ataque que responde a intereses políticos, los mismos que en años anteriores guardaron silencio cuando la corrupción y la mala gestión de gobiernos anteriores hundieron a Ecuador en la situación en la que se encuentra hoy. El gobierno de Noboa ha recibido un país con una economía frágil, una crisis energética y niveles alarmantes de inseguridad. Es absurdo esperar que estos problemas se resuelvan en un abrir y cerrar de ojos, pero el presidente ha demostrado que está trabajando en soluciones a largo plazo, con una estrategia coherente y basada en resultados tangibles.
El problema energético, por ejemplo, no es culpa de Noboa, sino de décadas de negligencia y corrupción que dejaron una infraestructura destrozada. Sin embargo, el presidente ha iniciado diálogos con instituciones internacionales y está promoviendo inversiones en energías renovables, mientras busca soluciones inmediatas para estabilizar el sistema eléctrico. Es irresponsable minimizar estos esfuerzos, y aún más grave es acusar al gobierno de no priorizar, cuando está claro que su enfoque está en la seguridad y la estabilidad económica.
El tema de seguridad es igual de complejo. Ecuador ha visto un aumento exponencial en la violencia y el narcotráfico en los últimos años, y la administración de Noboa está trabajando con firmeza en una estrategia integral que incluye el refuerzo de las fuerzas de seguridad, la cooperación internacional y una mejora en la infraestructura judicial. Estos son problemas que requieren tiempo, y pretender que se resuelvan en cuestión de meses solo refleja un desconocimiento absoluto de la realidad o, peor aún, un intento descarado de manipular la opinión pública.
Lo más preocupante de este tipo de editoriales es que no buscan un debate serio o constructivo. Son simples pasquines que responden a una agenda opositora que trata de desinformar a la ciudadanía para beneficio de unos pocos. Pretenden generar confusión y deslegitimar a un gobierno que, a pesar de las adversidades, está avanzando con un plan coherente y responsable. Es claro que estos ataques no provienen de un interés genuino por el bienestar del país, sino que forman parte de una estrategia para debilitar a Noboa y crear inestabilidad, abriendo el camino a figuras políticas que ya han demostrado ser incapaces o corruptas.
El Ecuador necesita soluciones reales, no más retórica vacía ni críticas sin fundamento. Es tiempo de apoyar a un gobierno que está trabajando para resolver problemas estructurales profundos, y que, a diferencia de sus predecesores, ha mostrado un compromiso genuino con la transparencia y la gobernabilidad democrática. La inversión en comunicación no es un gasto innecesario, sino una herramienta fundamental para que la ciudadanía esté debidamente informada y pueda participar activamente en la vida política y social del país. Dejemos de lado los ataques vacíos y enfoquémonos en lo que realmente importa: construir un país mejor para todos.