Andrés, un médico de 45 años, ha soportado hasta 12 horas diarias sin electricidad durante el último mes. Su peor momento llega en la noche, cuando la falta de luz le impide utilizar una máquina de oxígeno que necesita para su apnea del sueño.
“La luz llega a las 02.00, y hasta entonces no puedo dormir”, relata a El País de España. Esta situación lo tiene exhausto y preocupado por el impacto en su salud.
Gabriela Medina, quien trabaja desde casa, enfrenta la misma crisis. Los cortes de electricidad, que se reparten en tres jornadas de cuatro horas, limitan su productividad. “Apenas tengo entre cuatro y cinco horas de electricidad para ser productiva”, comenta.
La situación también afecta a quienes viven en la Costa, donde las altas temperaturas y la humedad agravan el malestar.
En ciudades como Guayaquil, la inseguridad obliga a muchas personas a refugiarse en sus casas, lo que afecta directamente al comercio. Luis Clavijo, vendedor en este sector, señala que los cortes de luz reducen la circulación de dinero y estima que pequeños empresarios pierden hasta 12 millones de dólares por cada hora sin energía.
La falta de comunicación efectiva por parte del Gobierno ha alimentado la incertidumbre. A pesar de las promesas del presidente de reducir los apagones, otras instituciones afirman que la solución depende de la llegada de lluvias, que no se espera hasta noviembre. La renuncia de la ministra de Producción y el ministro de Energía ha dejado en entredicho la credibilidad del Ejecutivo.
Además de las afectaciones económicas y sociales, sectores como el cultural están viviendo una nueva etapa de estancamiento. Beto Catuta, un artista de 36 años, tuvo que cancelar un recital debido a la crisis. “Se ha convertido en un juego de quien tiene mayor capacidad adquisitiva; esa es la persona que sobrevive”, lamenta, recordando la pandemia.
Con el 80% de la generación de energía de Ecuador dependiendo de hidroeléctricas afectadas por la escasez de lluvias, se proyecta que los cortes de electricidad podrían extenderse hasta la Navidad, generando un escenario aún más preocupante para la población.
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