Los políticos de todas las bancadas del arcoíris de tendencias, ciertamente cargan con la responsabilidad por no haber puesto como prioridad los sagrados intereses de la nación por sobre sus intereses personales (no solamente ahora, pero desde larga data atrás). Ya vemos que están aprovechando para atacar al gobierno de turno cuando la responsabilidad es colectiva, heredada e intensificada en el tiempo.
Expongo lo inmediato anterior, ante el tratamiento que en los próximos días hará la asamblea al Proyecto de “LEY ORGÁNICA PARA IMPULSAR LA INICIATIVA PRIVADA EN LA TRANSICIÓN A ENERGÍAS RENOVABLES” que, calificada COMO URGENTE EN MATERIA ECONÓMICA, ha sido presentada por el señor Presidente de la república.
El objetivo de la referida ley, según su Art.1, es promover soluciones económicas y de generación de energía renovable a fin de superar la crisis energética, optimizando el uso de recursos públicos asociados al sector eléctrico e incentivar la inversión privada en todo el territorio nacional.
Al tomar conocimiento de su contenido, miramos con atención el esfuerzo que hace el primer mandatario para generar confianza en el sector privado para su participación en la gestión del sector eléctrico del país, sin embargo, creemos que hace falta, no solo incorporar normas que generen esa confianza sino pensar en una reforma importante y fundamental en el alcance que debe tener la Ley Orgánica del Servicio Público de Energía Eléctrica – LOSPEE – actualmente vigente, así como la reforma amplia y suficiente a su Reglamento General de aplicación.
Tales reformas deberían comprender que la participación del sector privado se fundamente en normas propias de la LOSPEE, en las que, en forma clara se disponga que la participación de dicho sector sea amplia tanto para proponer proyectos de generación como de autogeneración, estableciendo disposiciones que, al formar parte de dicha ley, su aplicación sea inmediata, para no depender de normas de carácter secundario – reglamentarias o regulatorias -, como ocurre hoy para el desarrollo de proyectos de autogeneración.
Asimismo, es necesario que la participación privada, a más de contar con la autorización para participar en cualquiera de las actividades antes mencionadas, esté permitida su participación en la comercialización de la energía que produzca como generador y de los excedentes que pueda disponer si su autorización es para participar como auto generador, mediante las transacciones de compraventa con cualquiera de los participantes autorizados conforme la ley.
Si bien el gobierno de turno, al igual que los candidatos inscritos para las siguientes elecciones en febrero 2025, en lugar de traernos un rosario de ofertas, deben proponer y el país debe exigir los escenarios y planes para sacar al país de la postración y crisis actual, tocando problemas fundamentales y no demagogia barata. Aquí también radica la responsabilidad de los medios, los periodistas, los entrevistadores para que no anden por las ramas, sino directo al grano de nuestras preocupaciones colectivas de los ecuatorianos.
Es fácil botar la pelotita a los demás, pero no lo haré, más bien se puede enunciar una serie de inquietudes que despejen la hoja de ruta hacia una legislación adecuada para un futuro, donde la normativa aplicable al sector eléctrico tenga el tratamiento legislativo que la situación exige.
¿Cómo beneficiará o afectará este proyecto de ley al desarrollo de las economías locales y nacionales?
¿Cuáles son los incentivos adecuados y necesarios para atraer la inversión privada y como desarrollar el Marco regulatorio que permita y garantice el desarrollo de este mercado? Aquí se puede tomar los modelos de múltiples países con el asesoramiento de las entidades multilaterales.
¿Cómo lograr que este proyecto garantice un acceso económico adecuado para las comunidades más vulnerables de la sociedad? Esto es más fácil cuando se lo pone por techos de consumo de acuerdo cada uno de los entornos de estas comunidades.
¿Determinar si la infraestructura existente actual está lista para soportar la transmisión y distribución del incremento en la generación de energía y, si no es la adecuada, que apertura se dará en este caso al rol del sector privado tanto en generación, transmisión y distribución de la energía?
¿Cómo hacer que toda esta transición energética contribuya con la sostenibilidad del medio ambiente y los acuerdos internacionales comprometidos y firmados por el Ecuador?
¿Cómo lograr un adecuado equilibrio y transparencia en el mercado de generación para que sea competitivo y transparente con la actual generación estatal y como regular la participación en este mercado mayorista de los actores privados?
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