Corea del Norte voló con explosivos varias secciones de carreteras y líneas ferroviarias que la conectaban con Corea del Sur este martes, 17 de octubre de 2024. Estas rutas, construidas en la parte norte de la frontera altamente militarizada, fueron creadas con miras a una futura reunificación, pero nunca se abrieron al tráfico.
La acción del régimen de Kim Jong-un, que había sido anunciada días antes, coincide con un periodo de tensión creciente entre ambos países, con denuncias mutuas. Corea del Norte acusó al Sur de sobrevolar drones en su territorio con el fin de difundir propaganda, lo que llevó a Kim Yo Jong, hermana del líder norcoreano, a advertir con represalias.
Las explosiones afectaron las líneas Gyeongui y Donghae, símbolos de los intentos de acercamiento entre las Coreas en décadas pasadas. En respuesta, las Fuerzas Armadas surcoreanas realizaron disparos de advertencia, aunque no se registraron daños en su territorio.
El Ministerio de Unificación de Corea del Sur condenó la medida como un retroceso en los acuerdos intercoreanos y recordó que las infraestructuras destruidas fueron construidas con fondos surcoreanos, valorados en 132 millones de dólares, que Corea del Norte aún no ha reembolsado.
Esta acción refuerza la postura de Kim Jong-un de renunciar al objetivo de reunificación pacífica y consolidar un sistema de “dos Estados”, dejando claro que ve a Corea del Sur como un enemigo permanente.
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