Ecuador enfrenta la alarmante revelación de 2,000 hectáreas de coca cultivadas

Oct 16, 2024

La intervención del presidente de la República anoche ha generado conmoción no solo a nivel nacional, sino también internacional. En su discurso, reveló que, según estimaciones satelitales de un organismo norteamericano, hay 2,000 hectáreas de coca plantadas en Ecuador. Aunque la cifra es insignificante comparada con las 90,000 hectáreas en Perú y las más de 240,000 en Colombia, se convierte en un motivo de preocupación, ya que el país deja de ser un mero tránsito para convertirse en un productor.

Luis de Guzmán, experto en seguridad, expresó su tristeza al escuchar la noticia, aunque no se mostró sorprendido, pues ya había advertido sobre el escaso control en la frontera. “Este es un problema que se venía previendo”, agregó. En la misma línea, Ramiro Mantilla, excomandante de la Policía Nacional, indicó que la evolución del narcotráfico en la región hacía prever esta situación. “Desde 2018, la Policía Nacional presentó un plan de control territorial que no fue implementado, lo que ha contribuido a esta realidad”, destacó Mantilla.

El informe del organismo especializado revela que las plantaciones se encuentran principalmente en las provincias de Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos, donde se estima que la capacidad de producción podría alcanzar hasta 61.5 toneladas métricas de cocaína al año. De Guzmán advirtió que, debido a la geografía del país, las plantaciones son difíciles de ubicar. “La planta de coca puede crecer en la selva, camuflada entre otros arbustos”, explicó.

En su intervención, el presidente enfatizó que la existencia de estas plantaciones representa un legado del pasado que el gobierno está decidido a combatir. “Estamos encargándonos de cerrar las puertas al narcotráfico”, dijo, anunciando operaciones militares en las zonas afectadas. “Cada hectárea de coca equivale a 160,000 dólares de valor comercial, lo que podría significar un golpe de 320 millones de dólares a las organizaciones criminales”, agregó.

Luis de Guzmán también advirtió sobre la importancia de atacar no solo la producción, sino también las estructuras financieras del narcotráfico, resaltando que “quitar droga a los narcotraficantes es como quitar arena a la playa”. Esta afirmación pone de relieve la necesidad de un enfoque más integral en la lucha contra el narcotráfico.

El impacto de esta situación podría tener repercusiones profundas en la vida cotidiana de los ecuatorianos y en la estabilidad de la democracia del país. A medida que el gobierno enfrenta este nuevo desafío, la sociedad civil y las fuerzas del orden se preparan para responder a un fenómeno que podría marcar un cambio significativo en la historia del Ecuador.



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