Esa es la opinión de Mauricio Alarcón, director ejecutivo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, en relación a la gestión de la Comisión de Fiscalización y Control Político, no solo en el actual periodo legislativo, sino desde mucho antes. 

En diálogo con Freddy Paredes, de Ecuadorenvivo.com, Alarcón afirmó que la fiscalización ha pasado a ser un proceso para molestar al gobierno de turno o incomodar a quienes piensan diferente de una organización política. 

Para Alarcón, los extremos no son buenos: ni que la Comisión se convierta en un archivo de casos, ni que se use para acosar a un funcionario en particular. “No se puede llevar una herramienta tan importante del derecho legislativo, como la fiscalización, de un extremo en el que se niega todo a otro donde se hace cualquier cosa para mantener el debate político entretenido”. El punto intermedio, y el ideal, según Alarcón, es que ese mecanismo se utilice para el control de la gestión pública. 

No se puede poner en el banquillo de los acusados, como en el caso de la fiscal general del Estado, a alguien en un careo con personas prófugas de la justicia que tienen cuentas pendientes en el país. 

El pasado, mejor que el presente 

Alarcón recordó uno de los debates más intensos en un juicio político a mediados de la década de los 80, cuando el entonces diputado León Febres Cordero enjuició al ministro de Gobierno, Carlos Feraud Blum, por el sonado caso de las “Muñecas de trapo”. Fue uno de los debates más fuertes en cuanto a fiscalización y control político. 

El analista destacó la responsabilidad que tienen los movimientos y partidos políticos de presentar candidatos con capacidad, méritos y experiencia a disposición de los ciudadanos. 

De cara a las próximas elecciones, Alarcón advirtió: “Si votamos por tránsfugas, no esperemos resultados distintos”. 

Juicio a la ministra Palencia: “el resultado ya está jugado” 

En cuanto al juicio político contra la ministra del Interior, Mónica Palencia, Alarcón considera que “el resultado ya está jugado”. Añadió que los otros dos actores de peso en el Legislativo, el Partido Social Cristiano (PSC) y lo que queda de Construye, probablemente no votarán ni a favor ni en contra. Según Alarcón, estos son tiempos de campaña electoral. 

También subrayó la importancia de la elección pendiente del primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, lo que da lugar a negociaciones. En este contexto, los votos clave para designar el alto cargo están en manos de la bancada correísta, que es la primera minoría.