El 20 de agosto de 1989, José y Kitty Menéndez fueron asesinados a tiros en su lujosa mansión de Beverly Hills, un crimen que rápidamente sacudió a la opinión pública en Estados Unidos. Sus hijos, Lyle de 21 años y Erik de 18, no tardaron en convertirse en los principales sospechosos de lo que parecía un trágico parricidio. A partir de ahí, el caso tomó un giro insólito cuando se revelaron los detalles de la vida extravagante que llevaron los hermanos tras la muerte de sus padres.
En los días posteriores al crimen, Lyle y Erik empezaron a gastar grandes sumas de dinero, lo que despertó sospechas sobre sus verdaderas motivaciones. Adquirieron vehículos lujosos, como un Porsche Carrera y un Jeep Wrangler, y gastaron miles en joyas, relojes y otros bienes suntuarios. Además, Lyle depositó 300.000 dólares para abrir un restaurante y contrató un entrenador de tenis por 50.000 dólares. La fiscalía argumentó que este despliegue de riqueza demostraba que los hermanos habían matado a sus padres por codicia, con la intención de acceder a una vida llena de lujos.
Sin embargo, en su defensa, los Menéndez aseguraron que esos gastos no fueron motivados por el dinero, sino que eran una forma de lidiar con la culpa y el dolor que sentían tras el crimen. Según el documental de Netflix “The Menendez Brothers”, los hermanos alegaron que el despilfarro era una vía de escape emocional frente al trauma que los atormentaba. Erik Menéndez, desde la prisión, declaró que no había disfrutado de sus compras, sino que intentaba ocultar su sufrimiento y angustia.
El juicio de los hermanos comenzó en 1993, y en él revelaron un impactante relato de abuso sexual que, según ellos, fue la verdadera razón detrás de los asesinatos. Testificaron que su padre los había sometido a años de abuso, mientras su madre lo permitía al no intervenir. Aunque el primer juicio resultó en un jurado dividido, en 1996 fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Hoy, más de 30 años después, el caso sigue generando debate. ¿Fueron Lyle y Erik dos víctimas que reaccionaron ante años de abuso, o simplemente dos jóvenes ambiciosos que buscaron enriquecerse a costa de la vida de sus padres? Con el estreno de un nuevo documental en Netflix y un podcast que retoma el caso, la controversia sobre la verdadera naturaleza de este crimen sigue viva.
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