El conflicto entre Israel y el grupo libanés Hezbolá ha alcanzado nuevos niveles de violencia, con más de 30 ataques aéreos sobre el sur de Beirut y otras zonas del país. Según el Ministerio de Salud libanés, los bombardeos dejaron al menos 23 muertos y 93 heridos. La corresponsal de la BBC en Oriente Medio, Nafiseh Kohnavard, describió la situación como “la peor noche hasta ahora” en la capital libanesa.
Desde el 1 de octubre, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han incrementado sus “incursiones” en el sur del Líbano contra objetivos de Hezbolá. La situación ha escalado hasta extenderse a los suburbios del sur de Beirut, una zona con fuerte presencia del grupo miliciano. El ejército israelí asegura haber alcanzado más de 2.000 objetivos del grupo apoyado por Irán.
En respuesta, Hezbolá continúa disparando cohetes hacia territorio israelí, lo que ha llevado a que decenas de aldeas libanesas se encuentren en proceso de evacuación. Israel advirtió a los residentes de 25 localidades del sur del Líbano que abandonen la zona, diciendo que “cualquiera que esté cerca de miembros, instalaciones o armas de Hezbolá está poniendo su vida en peligro”.
“Estamos luchando contra las fuerzas de la barbarie”
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un discurso televisado, reafirmó que las acciones de Israel buscan “destruir el arsenal de Hezbolá” y “cambiar el curso de la guerra”. Además, señaló que el verdadero enemigo de Israel es Irán, al que acusó de liderar la ofensiva.
Por otro lado, el primer ministro libanés, Najib Mikati, ha pedido un alto el fuego y ha instado a la comunidad internacional a presionar a Israel para detener los ataques. Esta solicitud se une a un llamamiento conjunto al alto el fuego lanzado la semana pasada por Francia y Estados Unidos, con el apoyo de la Unión Europea y países árabes.
La situación en Beirut es devastadora. Los ataques aéreos de la última noche han dejado huellas de destrucción, con edificios derrumbados y cráteres en zonas residenciales. Según la BBC, un enorme cráter de tres pisos de profundidad marca el lugar donde antes había una tienda y apartamentos en el barrio de Dahieh, al sur de la ciudad. Se informó que las familias evacuaron antes del impacto tras recibir una advertencia de las autoridades israelíes.
El corresponsal de la BBC, Hugo Bachega, describió el escenario como desolador: “Doce horas después, todavía sale humo de los escombros y hay un fuerte olor en el aire. Los edificios cercanos también han sido parcialmente destruidos”. La zona se encuentra casi vacía, con residentes huyendo hacia el norte del país.
La violencia ha incrementado la presión internacional para frenar el conflicto. El presidente francés, Emmanuel Macron, solicitó que se detenga el envío de armas a Israel para sus operaciones en Gaza, calificando de “inconsistente” que los países pidan un alto el fuego mientras abastecen a Israel con “armas de guerra”.
Netanyahu no tardó en responder: “Mientras Israel lucha contra las fuerzas de la barbarie lideradas por Irán, todos los países civilizados deberían estar firmemente del lado de Israel. Sin embargo, el presidente Macron y otros líderes occidentales ahora están pidiendo embargos de armas contra Israel. Debería darles vergüenza”.
La oficina de Macron respondió asegurando que Francia sigue siendo un “fiel amigo de Israel”, describiendo la reacción de Netanyahu como “excesiva”.
Mientras tanto, el sur del Líbano se vacía a medida que los ataques se intensifican. Israel parece dispuesto a lanzar nuevas operaciones en la zona. La comunidad internacional mira con preocupación cómo el conflicto se extiende, con Beirut y otras regiones libanesas en el ojo del huracán de una guerra que aún no muestra señales de tregua.
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