Una generalizada escasez de generadores eléctricos y focos recargables se siente en los mercados. La rebaja de la tarifa al 0 % llegó demasiado tarde. La única solución a corto plazo es que las lluvias llenen los embalses de las centrales hidroeléctricas, según analistas.
El jueves pasado, el Ejecutivo anunció la emisión del Decreto Ejecutivo No. 411, disponiendo la implementación de la tarifa del 0 % del Impuesto al Valor Agregado para la importación y venta local de generadores eléctricos en todas sus formas y gamas, así como de sus partes y piezas, hasta el 31 de diciembre de 2024.
Un comerciante de Guayaquil, ubicado en la calle Rumichaca, dijo que hasta la semana pasada tenía en stock 200 generadores en vitrina, pero que actualmente se le han agotado.
Según las Aduanas, la importación de este producto creció considerablemente desde junio, mes en que arribaron 4.956 generadores eléctricos; en julio ingresaron 7.379; en agosto se importaron 10.385, y en septiembre el volumen disminuyó a 4.689.
Con los focos recargables ocurrió algo similar. Antes de los apagones, tenían un costo de 3,50 dólares. Hoy, las ferreterías los adquieren por 11 dólares para venderlos al público entre 13 y 14 dólares, lo que ya no es rentable, se quejó una comerciante.
En julio se importaron 2.500.000 focos, lámparas y linternas recargables; en agosto llegaron 3.500.000, y en septiembre 2.400.000.
Los efectos del estiaje no solo se sienten por los apagones, sino también en el bolsillo de los ecuatorianos.
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