La reciente temporada de lluvias ha puesto en evidencia nuevamente la vulnerabilidad de varias zonas de la ciudad. Durante el último aguacero, que se desató en la noche, un sector de La Lucha de los Pobres sufrió una intensa inundación. Vecinos reportaron que en tan solo media hora, el agua alcanzó el nivel de las viviendas, dejando a su paso autos destruidos y más de veinte familias damnificadas. Un morador relató cómo un vehículo azul fue arrastrado por la corriente y quedó atrapado en un remolino formado por la acumulación de desechos en las quebradas.

Ante esta situación, la ciudadanía cuestiona las acciones y la preparación de las autoridades locales. Christopher Velasco, presidente de la Asociación de Profesionales de Gestión de Riesgos, destacó que esta situación refleja un ciclo repetitivo de negligencia en la planificación urbana y la gestión de riesgos. “Es un círculo vicioso. La reacción es compleja, pero debemos reconocer que el crecimiento desordenado de la ciudad ha incrementado las vulnerabilidades. No se trata solo de la administración actual, sino de un problema que se ha perpetuado por décadas”, señaló Velasco.

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Además de los daños materiales, Velasco resaltó la importancia de la prevención y la preparación. Según él, aunque la ciudad cuenta con capacidades de respuesta, como los cuerpos de bomberos, estas acciones no son suficientes sin una planificación integral que contemple tanto la infraestructura como la educación ciudadana. “Es necesario que la ciudad entienda que no se puede vivir de forma reactiva. Los puntos críticos deben identificarse y atenderse con planes estructurales que incluyan medidas de adaptación al cambio climático y gestión de riesgos”, enfatizó.

En cuanto a la responsabilidad compartida, Velasco señaló que la ciudadanía también debe asumir su parte, evitando prácticas que empeoran la situación, como arrojar basura en las quebradas, lo que obstruye el flujo de agua. “No se trata solo de limpiar las quebradas. Es una responsabilidad conjunta que incluye a las autoridades y a los ciudadanos. Los pronósticos del Inami advierten un aumento en la intensidad de las lluvias para los próximos meses. Si no actuamos ahora, las consecuencias serán cada vez más graves”.

Finalmente, Velasco subrayó la necesidad de reestructurar el modelo de expansión urbana. “Quito está creciendo de manera descontrolada. Necesitamos políticas que prioricen la sostenibilidad y la seguridad. Si seguimos expandiéndonos sin planificar, no solo agotaremos los servicios básicos, sino que también deterioraremos la calidad de los ya existentes”, agregó.