El eucalipto, originario de Australia y traído a América Latina en el siglo XIX por su alto valor forestal y maderero, se ha convertido en una especie controvertida por su impacto en los suelos.
Según Francisco Prieto, subdirector del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio), esta planta exótica tiene características que la hacen especialmente peligrosa en temporadas de sequía.
El eucalipto es una de las llamadas plantas pirófitas, lo que significa que “le gusta el fuego”. Aunque no genera fuego de manera activa, la resina que produce hace que sus hojas tarden en descomponerse, creando un ambiente ideal para incendios forestales.
Esta cualidad, sumada a la falta de lluvias, se convierte en el “cóctel perfecto” para que las llamas se propaguen.
¿Reemplazarlo con plantas nativas tras incendios?
Prieto dice a El Telégrafo que es recomendable sustituir los eucaliptos por especies nativas, pero no se debe hacer sin un análisis adecuado.
La remoción indiscriminada de estos árboles puede provocar erosión, y en algunos casos, es preferible dejar que la naturaleza se recupere sola.
Además, el eucalipto tiene la capacidad de regenerarse rápidamente tras un incendio, superando a las especies locales que tardan más en recuperarse.
Propiedades del eucalipto
A pesar de su fama como “amante del fuego”, el eucalipto sigue siendo valorado por sus múltiples beneficios:
- Es una planta utilizada para tratar problemas respiratorios.
- Funciona como un repelente natural.
- Posee propiedades antioxidantes.
- Actúa como un relajante muscular.
El debate sobre su presencia en los ecosistemas latinoamericanos continúa. Mientras tanto, expertos insisten en evaluar su manejo responsable para evitar nuevos desastres ambientales.
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