Las pequeñas y medianas empresas, que generan el 80% del empleo en Ecuador, están contra las cuerdas por los cortes de energía.

Francisco Vergara, presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (Capeipi), exigió al presidente Daniel Noboa que tenga “sensibilidad con los que menos preparados estamos para enfrentar los apagones”.

La situación es crítica, y la Capeipi ha planteado una solución que busca evitar la paralización del sector productivo: el “Pico y Placa Eléctrico”.

La iniciativa, que fue enviada por carta al Presidente, propone que las empresas trabajen 10 horas diarias, durante cuatro días a la semana, para completar la jornada laboral de 40 horas sin afectar la productividad.

El esquema plantea dividir al país en dos grandes bloques, con horarios diferenciados según las áreas de concesión de las empresas distribuidoras. De esta forma:

• Bloque 1: Trabajaría de lunes a jueves.
• Bloque 2: Cubriría la jornada de jueves a domingo.

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¿Por qué el “Pico y Placa Eléctrico”?

El objetivo es administrar la demanda eléctrica sin afectar severamente a la industria ni a los hogares. Según Vergara, la propuesta fue diseñada con base en el consumo anual de energía de cada área.

“El primer bloque consume 15.000 gigavatios al año y el segundo, 15.800 gigavatios. El plan es equilibrado y funcional”, explicó en una entrevista para Teleamazonas.

El horario sugerido es de 07:00 a 17:00, periodo en el que se evitarían cortes tanto en el sector industrial como en el residencial. “La clave es mantener la estabilidad en los días que cada bloque esté operativo, para no paralizar la actividad productiva”, enfatizó.

Vergara destacó que esta es solo una de las propuestas en análisis, pero subrayó la urgencia de tomar medidas coordinadas entre el Gobierno y el sector privado. “Estamos abiertos a una discusión más amplia para encontrar mejores alternativas, y ya hemos enviado nuestra propuesta al Comité Empresarial”, dijo.

El escenario de los apagones no solo amenaza la operatividad de miles de pequeñas y medianas empresas, sino que podría causar un efecto dominó en la economía nacional. “Si el motor de las pymes se detiene, se pone en riesgo el sustento de millones de familias”, advirtió Vergara.