Ya sea que detrás de las ganas de reforestar las áreas afectadas por los incendios de la última semana en Quito, exista un genuino interés por ayudar al ambiente, nuestra querida Pacha Mama no aguanta más las acciones de gente sin conocimiento o, como decía mi papá, brutos con iniciativa.
A todos los que somos ciudadanos, al menos racionales, nos ha causado dolor e indignación los incendios que arrasaron con amplias zonas de bosque y llenaron de humo y llanto la Carita de Dios.
Aún más cuando hay la duda de que su origen es intencional. Y es que, precisamente, escribía la semana pasada, sin saber que esto ocurriría, sobre los daños que causan los incendios. No es solo es humo y cenizas, sino animales heridos, muertos, perdidos. Son grandes cantidades de emisiones de Co2 a la atmósfera. Es la erosión del suelo y el daño a las personas. Ni hablar de la tragedia para quienes perdieron sus hogares.
En medio de esto, hay algo que me reconforta: la solidaridad y entereza con la que actuamos ante las emergencias, de eso no hay duda. En este sentido, en los últimos días veo con asombro y preocupación cómo opinan con absoluta autoridad, personas que no tienen mayor conocimiento ambiental. Desde un médico “influencer” en un medio de comunicación reconocido habló sobre clima, hasta ciudadanos, de sabe Dios que profesión y experiencia tienen detrás. Dijeron que están organizando grupos para reforestar y sembrar eucalipto, pino y hasta árboles frutales. Y, entonces, desde el cielo puedo escuchar a mi papá decir: “mijita, no hay nada más peligroso que un bruto con iniciativa”. Agregaría:¡y con otros que les siguen!
Como profesional ambiental, me veo en la obligación de pedir amablemente que, si usted quiere ayudar sobre esto, permita que sean los ingenieros forestales, biólogos y otros especialistas que armen los planes de restauración y reforestación, si eso cabe. ¿Por qué no es una buena idea ahora? Les explico bien corto, pues se me acaban mis caracteres de este editorial: porque el suelo queda erosionado, sin los nutrientes, por lo que sembrar plántulas ahora tendría pocas posibilidades de sobrevivir (sin contar con la sequía, de la que felizmente parece que nos dio un respiro San Pedrito). En cuanto a las especies como el eucalipto y pino, no son árboles propios de esta zona, fueron introducidos y si bien hemos crecido con ellos y no hay que satanizarlos. Pero esta es nuestra oportunidad de volver la tragedia en algo bueno y lograr sembrar especies endémicas. ¿Cuáles? Solo los especialistas podrán determinar las indicadas para que el bosque se restaure, la fauna lo vuelva a poblar y esos árboles vuelvan con más gracia y belleza a crecer de las cenizas.
Un saludo especial a todos quienes con valentía y profundo amor estuvieron luchando para combatir los incendios. Las gracias nunca se sintieron tan pequeñas frente a su heroísmo. Gracias, respeto y admiración como quiteña y amante de la naturaleza.
Excelente debemos respetar a las personas que conocen y saben de esta problemática