“Hemos convertido a Venezuela en una causa mundial”, declara María Corina Machado, reflejando el impacto que ha tenido la oposición venezolana en los dos meses desde las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que, según la oposición, su candidato, Edmundo González Urrutia, ganó con una amplia ventaja.
A pesar de las alegaciones de fraude por parte del presidente Nicolás Maduro, incluso gobiernos cercanos como los de Lula da Silva y Gustavo Petro no reconocen la victoria de Maduro. En cambio, piden la presentación de actas de votación para validar los resultados.
En este contexto, González tuvo que exiliarse en España, mientras Machado vive en la clandestinidad para evitar ser apresada, dado que cerca de 2.000 opositores han sido detenidos desde las elecciones. En una reciente entrevista con Stephen Sackur de la BBC, Machado expresa su optimismo sobre el avance de la oposición, pero subraya la necesidad de más presión internacional sobre Maduro para facilitar una transición democrática en el país.
La victoria opositora
Machado destaca que su movimiento logró recopilar y digitalizar el 83% de las actas oficiales en menos de 24 horas, sosteniendo que la victoria real fue de 70-30, y que en un contexto más libre habría sido 90-10. Asegura que Maduro se encuentra aislado tanto nacional como internacionalmente.
Cuando se le pregunta sobre su situación personal, Machado admite que vive escondida debido a las amenazas del régimen, que la califica de terrorista. Enfrentando la negación de Maduro sobre los resultados, ella argumenta que el Tribunal Supremo está bajo el control del régimen y carece de legitimidad, y que incluso sus aliados regionales no respaldan la victoria de Maduro.
Estrategia de protesta descentralizada
Machado menciona que, aunque la represión ha aumentado y muchas protestas han disminuido, la resistencia se está transformando. En lugar de grandes manifestaciones, están surgiendo pequeñas protestas coordinadas que son difíciles de reprimir. Afirma que cada día Maduro se debilita y la oposición se fortalece.
Sobre la capacidad de resistencia de Maduro, Machado señala que el descontento dentro de las Fuerzas Armadas también está creciendo, ya que muchos de sus miembros sufren las mismas dificultades que el resto de la población. Esto sugiere que hay un potencial para que las dinámicas cambien en favor de la oposición.
El impacto de la fuga de González
La salida de Edmundo González bajo presión del régimen es vista por Machado como un error que ha generado más apoyo internacional para la causa opositora. González ha sido reconocido como presidente electo por el Parlamento Europeo, y aunque firmó un documento que parece reconocer la victoria de Maduro, ella defiende su decisión de actuar en el exterior.
Cuando se le pregunta sobre su propia elección entre firmar un documento en condiciones similares o perder su libertad, Machado enfatiza que no juzga a quienes se ven obligados a tomar decisiones difíciles bajo amenaza. Continúa afirmando que el régimen ha expuesto su falta de escrúpulos, lo que ha generado una mayor atención mundial sobre la situación en Venezuela.
La urgencia de acción internacional
Machado concluye su análisis sobre el papel de la comunidad internacional, expresando que, aunque hay avances, es necesario un esfuerzo más intenso y rápido. Ella demanda que Edmundo González sea reconocido como presidente electo de inmediato y que aquellos responsables de crímenes contra la humanidad en Venezuela enfrenten consecuencias.
A medida que la crisis se intensifica, Machado enfatiza que el futuro de Venezuela está en juego, no solo para su población, sino para la estabilidad de toda la región.
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