El reciente incremento de incendios forestales en Ecuador ha generado alarma tanto en Guayaquil como en Quito, donde se han registrado siniestros que han arrasado con grandes extensiones de terreno. A raíz de estos sucesos, varios actores han ofrecido sus declaraciones respecto a las causas y la gestión de estos eventos.

Jaime Cucalón, primer jefe del Cuerpo de Bomberos de Samborondón, expresó su preocupación por la naturaleza de los incendios, especialmente el ocurrido en el parque Samanes de Guayaquil. Según Cucalón, el incendio comenzó cerca de una electrolinera, lo que sugiere que podría haber sido provocado, aunque no se descarta la posibilidad de que haya sido causado por combustión espontánea debido a las condiciones climáticas secas. “Se nos han quemado 1.289 hectáreas solo en Guayaquil este año, y ahora sumamos 18 más en el Parque Samanes”, explicó el comandante, resaltando la rápida propagación del fuego.

En Quito, la situación no fue diferente. El concejal Michael Aulestia destacó que varios incendios se desataron simultáneamente en la capital. “Fueron siete focos diferentes, todos en áreas distantes”, mencionó, lo que generó una gran dificultad para controlar las llamas. Aulestia, al igual que Cucalón, sospecha que estos incendios fueron provocados deliberadamente, complicando aún más la respuesta de los bomberos.

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Por su parte, el ministro de Agricultura, Danilo Palacios, hizo hincapié en la necesidad de abordar las quemas agrícolas y la falta de control sobre estas prácticas. “Muchas veces, estos incendios son el resultado de actividades agrícolas mal gestionadas, que se salen de control”, declaró. Palacios abogó por una mayor concienciación en el manejo de terrenos agrícolas para evitar que estas prácticas contribuyan a la propagación de incendios.

El político Andrés Páez, por su parte, vinculó los recientes incendios a posibles actividades criminales. “No es la primera vez que vemos que, en momentos de tensión, surgen incendios de manera sincronizada, lo que hace sospechar que hay intereses oscuros detrás de estos eventos”, comentó.

En medio de estas declaraciones, tanto Cucalón como otros expertos coincidieron en que la falta de hidrantes operativos, especialmente en Quito, agrava la respuesta de los cuerpos de bomberos. Según informes, en algunos sectores, los hidrantes no funcionaban debido a problemas técnicos, lo que dificultó la labor de los bomberos.