Este 11 de septiembre, el pleno del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) aprobó el reglamento para la selección y designación de la primera autoridad de la Fiscalía General del Estado. Lamentablemente, esta norma fue elaborada sin abrir espacios para que actores relevantes, como la academia y los gremios de profesionales, realicen aportes y observaciones, lo que refuerza la percepción de que este organismo no cumple su papel como garante de la democracia participativa.
El reglamento de méritos y oposición para la selección de Fiscal General del Estado fue aprobado con los votos de Andrés Fantoni, presidente; Johanna Verdezoto, vicepresidenta; y los consejeros Jazmín Enríquez, Juan Guarderas, Yadira Saltos y Augusto Verduga.
Diversos sectores han cuestionado el contenido del reglamento por discriminar el libre ejercicio profesional en ciertos ámbitos, por establecer criterios de evaluación poco claros, requisitos mal definidos y por plantear acciones afirmativas que no benefician a los grupos históricamente discriminados. Estas contradicciones ponen en duda la legitimidad del proceso, afectando una vez más la confianza de la ciudadanía en este tipo de concursos.
Al parecer, ciertos criterios para la selección de Fiscal General, que constan en el reglamento, buscarían favorecer a un perfil en particular; es decir, nos encontraríamos frente a un reglamento hecho a la medida de ciertos intereses.
La designación de la máxima autoridad de la Fiscalía debe ser fruto de un proceso de selección ético y transparente, que le permita al país contar con el mejor perfil para estar al frente de esta institución, mucho más cuando el Ecuador enfrenta los embates del crimen organizado, el narcotráfico y la corrupción, siendo la administración de justicia uno de los sectores más afectados.
El CPCCS, por su naturaleza, tiene la obligación de escuchar el clamor ciudadano y realizar las reformas necesarias para que el reglamento de selección y designación de la primera autoridad de la Fiscalía garantice que quien llegue a esta función tenga la formación, capacidad y transparencia necesarias para dirigir una institución tan trascendental para el país.
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Por Francisco Trejo
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