EDITORIAL. La última foto de la intención del voto mostraba dos candidatos por encima del 25 % de la intención del voto; cinco tenían menos del 10 %, y la tropa rasa, de lejos, con apenas el 1 %. Hasta aquí pura fanfarria de las encuestadoras.
A partir del 2 de octubre, día en que se cierran las inscripciones, se tendrá la foto de partida; será una boleta de 17 candidatos, quizá menos o más. Ya lo sabremos.
En el ínterin, vemos al presidente Daniel Noboa, en plena campaña prelectoral disfrazada de trabajo diario presidencial. En la otra orilla, la verborrea digital incontenible del expresidente y prófugo, Rafael Correa, tratando de centralizar la rivalidad con Noboa, y aupando una precandidata que no logra romper el techo preelectoral histórico de la Revolución Ciudadana.
Noboa enemigo de Correa; Correa enemigo de Noboa, en eso se resume la contienda electoral a meses de la primera vuelta.
El resto de presidenciales, meros espectadores.
Noboa quiere posicionar la rivalidad con el correísmo; los correístas igual. Para conseguirlo Noboa está despejando el camino de cualquier figura que le haga sombra, utilizando, a veces de manera abusiva, un opaco aparato estatal. Y no descansará hasta lograrlo. Noboa no es de los que dejan cabo suelto. Correa hizo lo mismo una década.
Para Noboa y Correa el fin justifica los medios, aunque eso requiera acciones moralmente cuestionables. Finas palabras de Nicolás Maquiavelo que aún perduran en la mentalidad de los políticos. (I)
48% para Luisa en primera vuelta, comprobado