Evo Morales continúa por cuarto día consecutivo al frente de movilizaciones en Bolivia, buscando su habilitación como candidato presidencial del Movimiento al Socialismo (MAS) para las elecciones de 2025. Además, estas protestas reflejan su descontento con la gestión económica y social del actual gobierno de Luis Arce. Las manifestaciones comenzaron en Caracollo, Oruro, y avanzan hacia La Paz, a donde planean llegar el próximo lunes.
Morales, acompañado por miles de seguidores, afirmó que la marcha responde al “descontento del pueblo” con el Gobierno, al que acusa de no hacer nada para resolver la crisis económica. Sin embargo, desde el oficialismo han denunciado que estas movilizaciones buscan desestabilizar al país, e incluso las califican como un “intento de golpe de Estado” que pretende facilitar que Andrónico Rodríguez, presidente del Senado y aliado de Morales, asuma el poder y habilite su candidatura.
Rescatan a mujer que estuvo a punto de ser devorada por una pitón en Tailandia
Ante la creciente tensión, la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, hizo un llamado a Morales para que dialogue y evite más enfrentamientos, advirtiendo sobre el riesgo de un conflicto que podría poner en peligro la vida de los bolivianos. Sin embargo, Morales rechazó la invitación al no haber recibido una convocatoria oficial por parte del Gobierno y expresó que la movilización “no es de Evo, es del pueblo”.
Mientras tanto, sectores afines al presidente Arce, como el dirigente Fidel Surco, han llamado a la población a concentrarse en La Paz para evitar que la marcha de Morales llegue a la capital. El país atraviesa una crisis marcada por la escasez de dólares, el aumento de los precios y disputas internas en el MAS, donde tanto Morales como Arce se adjudican el liderazgo del partido.
El analista Marcelo Silva sostiene que Morales, consciente de que ha perdido terreno legal, utiliza la protesta callejera como su mejor herramienta política.
0 comentarios