Día Internacional de la Paz 

Sep 19, 2024

Por Kléver Antonio Bravo

La palabra paz viene del latín pax, como sinónimo de tranquilidad, sosiego, ausencia de conflictos o simplemente un espacio de vida sin violencia.  

Así como hay el Día de la Alfabetización, el Día del Turismo, El Día de la Democracia, el Día de la Papa, el Día del Agua, o el Día de las Legumbres; el 21 de septiembre fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Día Internacional de la Paz. Esta designación fue inscrita el 30 de noviembre de 1981, teniendo su primera celebración un año más tarde.  Ese día, 21 de septiembre, fue muy importante para el mundo, en vista de que se reconocía la necesidad de fomentar en la humanidad la unión, el diálogo, la integración y la cooperación mutua. Por esta razón, el tema de la paz viene a constituirse en una herramienta fundamental en los postulados sobre el derecho a la vida, las libertades, la democracia, la igualdad. 

En la historia universal, varios personajes han transitado por el tiempo en busca de una paz firme y duradera. Los mejores ejemplos podríamos encontrar en Jesús o el Mahatma Gandhi. Y, aunque vivamos en un país con libertad de culto, resulta necesario que identifiquemos a Jesucristo como un referente de paz y amor al prójimo, tal como eran sus mensajes difundidos hace dos milenios y que fueron transmitidos en idioma arameo. Del segundo, el Mahatma Gandhi, que significa “alma grande”, hemos de recordar que, con la filosofía del silencio, logró pacificar el conflicto entre la India y la Gran Bretaña, para luego alcanzar la independencia de aquella en el año de 1948. 

Con todos estos mensajes, vale la pena preguntarnos si la paz es una realidad, frente a los miles y miles de conflictos que guarda la historia. ¿Acaso la paz ha logrado vencer los erroes que esconde la política o la religión: causas esenciales de la guerra? ¿Se vive más días de paz que más días de violencia? ¿Los tratados de paz, son verdaderamente una garantía para vivir en paz? ¿Es el ser humano el mismo lobo del ser humano? 

Así como hemos mencionado a Jesús o al Mahatma Gandhi, pioneros de la paz; también hemos de mencionar a Adolf Hitler, el hombre que preparó y ejecutó la Segunda Guerra Mundial; a Benito Mussolini, promotor del fascismo; o a Vladimir Putin, invasor a territorio ucraniano, bajo la mentira piadosa de que esta invasión es una “operación militar especial”. Y si volvemos la vista más atrás, vamos a encontrarnos con Torquemada, Nerón, Pilatos y todos aquellos que construyeron el infierno de su tiempo. Aquí volvemos a enunciar la misma pregunta: ¿Es verdaderamente el ser humano el mismo lobo del ser humano? Habrá miles de respuestas, pero lo cierto es que la guerra está en la naturaleza del ser humano. Y por más mensajes de paz que se dispersen por el mundo, el conflicto siempre estará disperso por todos los continentes. No en vano el Imperio romano tenía una frase: si vis pacem para bellum, si quieres paz, prepárate para la guerra. 

Dentro de este panorama, existe la esperanza de construir, y a veces reconstruir la paz. No será tarea fácil, tampoco imposible. Aquí lo importante es fomentar una cultura de paz a través de la educación, la herramienta más noble y la más efectiva para alcanzar este sueño. Con la educación podemos dar valor al respeto mutuo, con la educación podemos fortalecer las libertades, con la educación podemos eliminar la intolerancia y la discriminación. En fin, con la educación, seríamos capaces de edificar un mundo de paz y de unidad. 



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