Millones de jóvenes están muy enojados con el Ecuador 

Sep 17, 2024

Por Rodrigo Jordán

Quizá solo sea mi percepción, pero sospecho que, poco a poco, a los jóvenes de esta nación les está uniendo un solo deseo ardiente y persistente: irse lo más pronto que puedan del Ecuador. 

Este grupo de la población, que representa alrededor de 3,6 millones de personas (que está entre los 18 y 29 años), es uno de los más afectados por la gravísima crisis económica y social que atravesamos. 

Vamos a las cifras: según datos oficiales y reportes de prensa, 6 de cada 10 desempleados de Ecuador son jóvenes y la tasa de desempleo entre ellos supera en el doble de la media nacional con casi el 8%.  

Se calcula que unos 180.000 jóvenes en la nación están en el desempleo total y una cantidad muy superior en el subempleo, que es una de las formas de empleo no adecuado, que alcanza el 63% a nivel nacional, a mayo pasado. 

Es simple, los ecuatorianos de menor edad viven una verdadera pesadilla cotidiana, porque, aparte de la asfixiante inseguridad, ellos saben que hallar un puesto de trabajo en la tierra que les vio nacer ya es un lujo. Y si encuentran una ocupación saben que hay muchas posibilidades de que sean mal remunerados, no accedan a la seguridad social y no puedan sostenerse solos. 

Una encuesta de enero pasado de CID Gallup ya revela que Ecuador es el segundo país de América Latina, cuya población desea migrar con el 43% de intención. 

Ello, sin mencionar que un estudio reciente de la Organización ChildFund revela que el 72% de los jóvenes de tercer curso de bachillerato tiene interés de irse del país. 

Entonces, esto quiere decir que la generación que tomará pronto la posta del desarrollo nacional y la conducción política ha perdido toda esperanza en su nación. 

Hagan la prueba. Mantengan un diálogo simple con cualquier persona de entre 18 y 29 años que esté a su alrededor y pregunten qué opina del Ecuador del 2024 y si desearían vivir en otra nación y escuchen lo que les dice. Muchos de ellos están muy enojados con el país. 

Su triste situación y la globalización tecnológica les hace ver que la palabra vida plena, ya no están en Ecuador, sino el cualquier lugar que no sea este. 

En conclusión, ser joven en Ecuador es un peligro porque ellos están excluidos, en general, de las oportunidades laborales y de un acceso pleno a la educación superior. 

Pero, también sospecho, que este problema no solo es de los jóvenes, sino también de las generaciones con mayor edad y de casi toda clase social. De ahí la incontenible ola de migración a todo nivel. 

Entonces me pregunto: ¿Qué hemos como hecho como sociedad que las nuevas generaciones vean a nuestra patria, como una gran amenaza para el cumplimiento de sus sueños? 

¿Tan mal les hace el Ecuador? Creo que sí. 



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