¿Qué política económica?

Sep 16, 2024

Por Walter Spurrier

A Mario Draghi se le atribuye haber salvado al euro en 2012 cuando era presidente del Banco Central Europeo. Después fue primer ministro de Italia. Acaba de presentar un voluminoso plan para que Europa recupere competitividad. Su frase más citada es que la pérdida de competitividad de la industria automotriz europea “es por aplicar una política climática sin una política industrial”.

¿No les suena familiar? Ecuador tiene política ambiental, fiscal y de comercio exterior que van por cuerdas separadas y ninguna política económica que las una.

Ambiental: La Corte Constitucional frena el desarrollo petrolero y minero, haciendo cumplir su visión de país ambientalista a ultranza sin ninguna consideración sobre el impacto que tiene esa política sobre la economía nacional.

Fiscalista: Ya son tres presidentes con ingresos petroleros mermados cuya preocupación central es pagar las cuentas que dejó el correato. Todo se lo juzga de acuerdo con el impacto fiscal sin considerar el impacto sobre la producción. El resultado es que en los últimos 9 años el PIB per cápita ha crecido solo 0,4 % anual, y para este año bordeará 0 %.

Mediante acuerdo 028 de junio 17 el Ministerio de Economía impuso un tope de $ 105 millones a los beneficios tributarios para inversiones en 2024. El Dr. Francisco Rosales, experto en la materia, revela que bajo ese tope solo hay cupo para 15 de las 80 solicitudes para contratos de inversión. Este en un criterio fiscalista, no productivo. Los beneficios deberían otorgarse a todos los proyectos que no se darían sin el estímulo (porque lo que se sacrifica son los ingresos que generarían esas inversiones) y que además signifiquen una mejora cualitativa del aparato productivo, y negarlo a todos los que se ejecutarían de todas maneras. Sí a una fábrica de chips para herramientas inteligentes, como hace Costa Rica, pero no a una nueva franquicia de comida rápida.

Comercio exterior: El Ministerio de la Producción avanza con la estrategia de firmar nuevos acuerdos comerciales, pero no hay una política para crear un entorno regulatorio y de inversiones públicas favorables a la competitividad. Hay el peligro que los exportadores no aprovechen las ventajas de apertura de mercados y que las empresas que atienden el mercado interno sean desplazadas por importaciones.

Hay un acuerdo con China, pero no se permite que se construyan nuevas bananeras para aprovechar la apertura de ese mercado. Se acerca al acuerdo con Canadá que abrirá un mercado muy interesante, pero el sector procesador de cerdos y aves teme que no podrá competir con los productos canadienses. Entre otras cosas, la industria nacional tiene que comprar el maíz en el mercado interno el doble que el internacional y cumplir con engorrosos trámites para que se le permita importar materia prima. Peligra una actividad que genera mucho empleo.

Una política coherente requiere cambios al marco legal, pero la Asamblea la controla una alianza de intereses que lo que busca es la impunidad, sea de delitos económicos cometidos cuando estaban en el poder, sea narcotráfico. No hay espacio para un acuerdo para sacar al país adelante. La esperanza es que las elecciones de 2025 arrojen un gobierno y una Asamblea dispuestos a reactivar el país. Está en los electores votar bien esta vez.



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