El titular del periódico ruso Kommersant de esta mañana refleja el creciente conflicto entre Rusia y Occidente: “Vladimir Putin traza su línea roja”.
En un discurso en San Petersburgo, el presidente Vladimir Putin advirtió a los países de la OTAN que no permitan que Ucrania use misiles de largo alcance para atacar territorio ruso.
Putin señaló que tal acción sería considerada como una “participación directa” de los países de la OTAN en la guerra en Ucrania, cambiando “sustancialmente la esencia misma” del conflicto.
Destacó que el uso de misiles para atacar territorio ruso implicaría que los países de la OTAN están combatiendo directamente con Rusia. Esta advertencia fue reforzada por el representante de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, quien aseguró que levantar las restricciones sobre el uso de misiles significaría el inicio de una guerra directa entre la OTAN y Rusia.
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Rusia establece líneas rojas en el pasado. Al anunciar la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, Putin amenazó con consecuencias severas para cualquier interferencia externa.
A pesar de las advertencias, Occidente ha proporcionado a Ucrania tanques, misiles avanzados y aviones de combate F-16. En los últimos dos años, Rusia ha acusado a Occidente de “combatir contra Rusia” a pesar de que fue Rusia la que invadió Ucrania.
Putin ha indicado que la respuesta de Rusia podría incluir la mejora de sus sistemas de defensa aérea para interceptar misiles y considerar armar a adversarios occidentales para atacar objetivos en el extranjero. Además, Rusia ha anunciado una revisión de su doctrina nuclear en respuesta a la escalada con Occidente.
El primer ministro británico, Sir Keir Starmer, se encuentra en Washington para discutir con el presidente Joe Biden sobre Ucrania y los misiles de largo alcance. Starmer ha afirmado que “Rusia puede poner fin a este conflicto de inmediato”, enfatizando que Rusia inició la invasión ilegalmente.
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