El embalse de Mazar, el mayor reservorio de agua en Ecuador, llegó a un nivel crítico, poniendo en riesgo el suministro de energía eléctrica en el país.

Según el último informe, difundido el 10 de septiembre de 2024, el embalse se encuentra a 2.130 metros sobre el nivel del mar, apenas 23 metros por debajo de su capacidad máxima de 2.153 metros y 32 metros sobre el nivel crítico de 2 098 metros.

La reducción del agua en Mazar ha sido constante, con una pérdida diaria de entre 80 centímetros y un metro.

Esta disminución se atribuye a la falta de lluvias en la región, que está enfrentando la sequía más severa de las últimas seis décadas.

Rafael Quintero, viceministro de Electricidad, destacó que 2024 está siendo el año más crítico desde que se comenzaron a registrar datos históricos de caudales de ríos.

El embalse de Mazar, con una presa enrocada de 166 metros de altura y 31 kilómetros de extensión, acumula un volumen de 410 millones de metros cúbicos de agua.

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Para evitar apagones durante el estiaje, que se extiende de octubre a marzo, Mazar necesita estar cerca de su capacidad máxima para fin de septiembre. La falta de lluvias ha complicado este objetivo.

Para mitigar los posibles cortes de luz, el Gobierno está implementando diversas medidas.

Entre ellas, se encuentra la incorporación de la barcaza turca Powership Emre Bey, que proporcionará 100 megavatios de energía y ya comenzó su fase de prueba el 8 de septiembre.

Además, se instalarán unidades de generación en tierra en Quevedo, Salitral y Esmeraldas, que comenzarán a operar entre noviembre y diciembre de este año.

El Plan Ahorra, Reduce y Gana también ha sido lanzado para incentivar el ahorro de electricidad tanto en hogares como en empresas privadas.

Sin embargo, Quintero reconoció que no hay soluciones rápidas para cubrir el déficit de 1 080 megavatios y que la implementación de nuevas capacidades podría tardar hasta tres años.