Fernando Carrión, experto en seguridad, valoró como un “aporte interesante” el estudio estadístico realizado por Arduino Tomasi, profesor de la Universidad de Chicago, sobre más de 7.000 muertes violentas sin determinación de causa entre 2008 y 2018 durante el gobierno de Rafael Correa. Destacó la relevancia de continuar este análisis, dado que estas cifras reflejan inconsistencias en la contabilidad de homicidios en Ecuador.
Durante una entrevista este 9 de septiembre de 2024 en Teleamazonas, mencionó que en 2009 se implementó un cambio de metodología en la recolección de datos, y la información estadística pasó a concentrarse en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC). Este cambio resultó en la exclusión de 7.349 muertes violentas no determinadas, lo que distorsionó la evaluación de la violencia en el país.
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Carrión también subrayó que estas muertes no determinadas se ubican en zonas sensibles, como la frontera y provincias relacionadas con el tráfico de drogas, lo cual revela patrones importantes en la evolución del crimen organizado.
En relación con el tráfico de menores y la salida de la Base de Manta, indicó que no encuentra una relación “tan mecánica” entre estos factores y la dinámica de incautación de drogas. También cuestionó la correlación propuesta por Tomasi entre el aumento de muertes violentas y la salida de la Base de Manta, argumentando que la evolución del delito responde a complejas interacciones entre políticas públicas y las dinámicas criminales.
Finalmente, expresó su apoyo a la decisión del presidente Daniel Noboa de auditar las cifras del INEC, sugiriendo que otras instituciones deberían sumarse a este proceso para obtener una evaluación integral del impacto de las políticas de seguridad en Ecuador.
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