Técnicos de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) realizaron una inspección en una fábrica de papas y chifles en Cuenca y descubrieron serias irregularidades sanitarias, lo que llevó a la clausura del establecimiento. La intervención, anunciada el jueves 5 de septiembre de 2024 a través de la red social X, también incluyó la inmovilización de 1.361 unidades de productos.
Durante la inspección, se identificaron graves deficiencias. Los pisos y paredes estaban cubiertos de grasa, y se acumulaba una capa negra de restos de comida en las cocinas y freidoras. La planta presentaba un nivel generalizado de suciedad en todas las áreas de producción. Además, se descubrió que se utilizaba aceite saturado y colorante en la fabricación de snacks, y que la materia prima y el producto terminado eran colocados directamente en el suelo.
Arcsa destacó que las plantas procesadoras de alimentos deben seguir estrictos protocolos de limpieza para evitar la acumulación de desechos y garantizar la inocuidad del producto. La planta inspeccionada no cumplía con estos estándares, y la infraestructura presentaba aperturas en techos y puertas, lo que aumentaba el riesgo de contaminación y acceso de plagas.
Como medida preventiva, el establecimiento ha sido clausurado hasta que el propietario realice una limpieza profunda y ajuste sus procedimientos de almacenamiento y producción. Además, Arcsa ha iniciado un proceso administrativo-sancionatorio que podría resultar en una multa de hasta 10 salarios básicos unificados, conforme a la Ley Orgánica de la Salud. La planta permanecerá cerrada hasta que se garantice el cumplimiento de los parámetros sanitarios adecuados.
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