En el primer enfrentamiento del debate presidencial que se llevará a cabo el próximo 10 de septiembre, el expresidente Donald Trump ha salido favorecido en el sorteo que definió el formato del evento. Gracias a este sorteo, Trump ha elegido tener la última palabra, una ventaja que también obtuvo en el debate con Joe Biden el 27 de junio pasado.
Kamala Harris, la candidata demócrata, ha optado por el atril ubicado a la derecha del escenario, el mismo que utilizó el presidente actual.
Ambos candidatos han aceptado las mismas reglas que se implementaron en el anterior debate, que incluyen el cierre del micrófono del candidato que no esté utilizando la palabra.
Este formato, que limita las interrupciones, se instauró tras las críticas hacia el debate de CNN en junio, donde los constantes intercambios entre Trump y Biden resultaron en un ambiente caótico.
La campaña de Biden había exigido esta medida para asegurar un debate más ordenado, aunque, en la práctica, benefició a Trump al mostrarlo más contenido y moderado. Sin embargo, la ausencia de interrupciones no evitó los lapsus y errores de Biden, que afectaron su candidatura para la reelección.
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A pesar de que la campaña de Harris había solicitado que los micrófonos permanecieran abiertos durante todo el debate, la negativa de los republicanos ha resultado en la repetición del formato anterior.
La campaña de Harris, aunque no está de acuerdo, ha aceptado el formato propuesto para evitar la posibilidad de que Trump se ausente del debate, como había amenazado anteriormente.
El debate será organizado por ABC News y se celebrará en el National Constitution Center de Filadelfia, a las 21:00 horas del Este de Estados Unidos (03:00 del miércoles 11 en España). Los moderadores serán David Muir y Linsey Davis.
Durante el debate, que durará 90 minutos sin público en la sala, los candidatos estarán de pie detrás de sus podios, sin atrezzo ni notas escritas.
Cada uno contará con dos minutos para responder a cada pregunta, con una réplica y contrarréplica de dos y un minuto respectivamente, y dos minutos para los discursos de cierre. Gracias al sorteo, Trump tendrá la última palabra.
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